Los 60 niños de segundo y quinto grado de la escuela Pacífica Fernández, en Hatillo, San José, llevan más de un mes sin un maestro a cargo, desde que iniciaron las clases el pasado 8 febrero.
El director de ese centro educativo, Jorge Leiva, ha hecho malabares para no dejar a estos estudiantes sin el servicio educativo; son dos los docentes que faltan por contratar.
A los de segundo grado, Leiva los incorporó a otro grupo de ese mismo nivel, pero la maestra está recargada con tanto alumno.
Entretanto, a los quinto, los está atendiendo una docente de informática que colabora para darles materia mientras el Ministerio de Educación Pública (MEP) les nombra docente.
“Me manda a decir el MEP que, supuestamente, agotaron la lista de elegibles del 2017 y que van a tener que hacer el nombramiento de los docentes por inopia. Cuando se contrata por inopia, se echa mano de una persona con ciertos conocimientos o un título más bajo del que deberían tener.
“En el MEP dijeron que iban a presentar el permiso al Servicio Civil para contratar a la persona por inopia, luego es la Dirección Regional la que contrata al docente. Los niños no se han dejado de atender a pesar de que hubo que recargar un grupo”, expresó el funcionario.
La situación se repite por decenas a nivel nacional. A más de un mes, de iniciado el curso lectivo 2021, en modalidad presencial y virtual, el Ministerio de Educación aún no ha podido designar a 515 docentes, principalmente, de las direcciones regionales de San José, Alajuela Cartago y San Carlos.
La mayoría de los educadores que hacen falta son los de enseñanza general básica, donde no se han podido llenar 137 plazas. También se necesitan contratar 68 profesionales de enseñanza técnica profesional y 60 de enseñanza media.
En muchos de esos casos, el docente ha sido nombrado pero, al enterarse del lugar donde fue enviado a laborar, renuncia al puesto porque no le gusta o no le conviene. Esto es lo que se conoce como desestimas.
De enero a la fecha, han renunciado 956 docentes a sus nombramientos, según informó el MEP.
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Cada año, se producen cerca de 5.000 desestimas.
Una y otra vez
En algunos casos, los educadores llegan al centro educativo y de manera inmediata se marchan, pero otros ni siquiera llegan, deciden renunciar con solo conocer el nombre de la escuela o colegio al que tendrían que ir a dar clases.
Ni el MEP, ni el Servicio Civil pueden poner límite a las desestimas. Un profesor interino puede renunciar a su nombramiento una y otra vez sin ninguna consecuencia, pues cada vez que deja un puesto, regresa a la lista de elegibles, lo vuelven a nombrar en otro centro y, si quiere, puede volver a renunciar.
Quienes renunciaron, en muchas ocasiones, prefieren continuar en el puesto en el que estaban inicialmente, pues hay educadores que se postulan para una vacante, solo para ver si sale un puesto mejor al que tienen.
El Estado de la Educación informó de que la posibilidad de que se den estas renuncias o desestimas aumenta si el centro educativo muestra una alta proporción de estudiantes reprobados, y si el distrito en el que está ubicado es de bajos recursos.
“La identificación del vínculo entre pobreza y rechazo de los puestos, tiene implicaciones con respecto a la distribución de los docentes. Esto es importante porque el profesorado cumple un papel fundamental para reducir las diferencias de resultados entre estudiantes de distintos niveles socioeconómicos”, revelaron estudios realizados en el marco del Sétimo Informe Estado de la Educación (2019).
Isabel Román, coordinadora del Estado de la Educación, advirtió en aquel momento de que hay un problema en el sistema de selección docente, pues los educadores se postulan sin saber el colegio al cual serán designados. El sistema de reclutamiento actual data de los años 70.
Se selecciona a los que tienen mejores atestados y experiencia, sin embargo, al darse cuenta del colegio que les correspondió, se da la desestima. Román explicó que, el docente debería conocer el centro educativo en el cual se necesita la plaza desde que comienza el concurso, pero, añadió, eso es algo que le corresponde definir al MEP y al Servicio Civil.