La toma del edificio de Ciencias Sociales en la Universidad de Costa Rica (UCR) se sostiene con el apoyo de funcionarios y particulares que les ayudan a los estudiantes con alimentos y servicios básicos.
Emanuel Prado, alumno de Ciencias Políticas y vocero del movimiento, dijo a La Nación que han recibido donaciones de comida de restaurantes aledaños y de profesores. La continuidad de los servicios de agua y electricidad, mientras tanto, la garantizan las autoridades de la Facultad, afirmó el estudiante.
“En ese sentido, la facultad ha sido bastante solidaria con la toma”, aseveró el muchacho.
Los estudiantes protestan contra el acuerdo que firmaron en julio los rectores de las universidades públicas y el Ministerio de Hacienda, que obligaba a las casas de enseñanza a destinar a infraestructura un 13,6% de los ¢513.000 millones que el gobierno les transferirá en 2020.
Dicho monto equivalía a ¢70.000 millones, distribuidos entre cuatro universidades, pero bajó a ¢35.000 millones el miércoles, luego de negociaciones en la Asamblea Legislativa. Los alumnos no aceptaron la decisión, y el jueves tomaron el edificio de Ciencias Sociales de la UCR, ubicado en la Ciudad de la Investigación, en San Pedro.
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Fotos que circulan en redes sociales muestran que en las paredes internas y externas del inmueble se pintaron rótulos y murales de distintos tipos.
Prado garantizó que además de los grafitis, los cuales calificó como “expresiones” de los estudiantes, el inmueble no ha sufrido ningún daño.
Sin embargo, el grupo no ha permitido que ingresen las autoridades universitarias a verificar las condiciones del lugar. El vocero afirmó que por el momento no lo harán, pues solo permiten la entrada de las personas que reciban autorización de una comisión de seguridad.
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“Los accesos se están otorgando principalmente a personas que son estudiantes, pero también se han tenido personas infiltradas, personas que han tomado fotografías”, dijo Prado, quien evitó precisar cuántas personas permanecen dentro de la Facultad.
Según Prado, su protesta no busca solo que se revierta el condicionamiento sobre el uso de los fondos institucionales, sino también que se les permita participar de las negociaciones y que renuncien “algunas carteras ministeriales y rectorías”.
La Nación procuró conversar con Isabel Avendaño, decana de Ciencias Sociales, no obstante, al cierre de este artículo, la académica no respondió las llamadas que se hicieron a su celular.
Directora del Consejo: ‘Respeto lo que hicieron’
Teresita Cordero, directora de Consejo Universitario de la UCR, afirmó que el manejo de la situación le corresponde a la Rectoría y los decanos de cada facultad, por lo que el CU no se ha involucrado.
No obstante, la académica sí fue al edificio de Ciencias Sociales el jueves en la noche, cuando conversó a título personal con los estudiantes que realizan la toma.
“Yo les dije que respetaba sus decisiones como movimiento estudiantil, que les solicitaba que cuidaran el inmueble, si era una decisión de ellos, y que básicamente la situación es grave, para el financiamiento del 2020”, relató Cordero.
La académica dijo que también les expresó preocupación por su estado de salud, por lo que les preguntó si necesitaban ayuda.
“Yo no puedo respaldar algo del movimiento estudiantil, en el sentido de que el movimiento estudiantil es autónomo. Yo respeto lo que hicieron. Yo no fui a incitarlos ni a decirles háganlo, o dejen de hacerlo, porque esa es una cosa que uno respeta, yo sí puedo entender que tenemos que reaccionar porque esto que está ocurriendo es muy grave”, dijo la directora del Consejo.
Autoridades de UCR y BCR decidirán qué ocurrirá con los grafitis
Henning Jensen, rector de la UCR, afirmó que el viernes sostuvo una reunión con los decanos de las distintas facultades que conforman la universidad, en la que los instó a promover el diálogo con su personal y sus estudiantes.
El jerarca afirmó que por el momento, lo más oportuno es que sean los encargados de área los que negocien en cada caso, por lo que él no se ha involucrado directamente en las conversaciones.
"Yo preferiría que los edificios nos sean tomados, por una razón muy sencilla, pero que tiene una significación política. Pienso que el cierre de un edificio es excluyente, deja a personas afuera, y ese no es el espíritu que yo deseo de una universidad, más bien deseo que haya actividades incluyentes, afirmó el rector.
Jensen dijo que por el momento, no tiene conocimiento de que algún edificio haya sufrido daños, solo tiene reporte de los grafitis. Según explicó, como el edificio no es propiedad de la UCR, sino de un fideicomiso del Banco de Costa Rica, las autoridades de ambas instituciones deberán analizar lo que corresponde hacer con las pinturas y rayones.