La Universidad de Costa Rica (UCR) tiene un brazo privado que administra de manera “más flexible y ágil” unos ¢12.600 millones, provenientes de proyectos universitarios que escapan de los controles tradicionales del sector público.
Se trata de la Fundación de la UCR para la Investigación (Fundevi), que opera como una estructura paralela para manejar los fondos de diversos programas universitarios.
Roberto Guillén, delegado ejecutivo de Fundevi, reconoció que ellos mismos no tienen claro si el dinero administrado es público o privado.
La “flexibilidad” de Fundevi permite que los funcionarios de la UCR hagan contrataciones de personal sin concurso, compras de equipo sin licitaciones, y además paguen viáticos y viajes al exterior a personeros universitarios.
Docentes e investigadores proponen los proyectos, hacen los presupuestos y hasta sugieren personal para contratar o equipo para adquirir. Una vez aprobados por sus superiores, los planes se trasladan a Fundevi, ente que ejecuta los fondos.
La misma Fundación recauda los recursos mediante el cobro de los servicios a empresas que contratan a la UCR, pero también a profesionales que pagan a Fundevi para recibir cursos muy específicos, así como pasantías y especialidades.
Tal es el caso de los posgrados de Odontopediatría y Prostodoncia (prótesis dentales), en los que, por medio de dos proyectos de Fundevi, la UCR les cobró injustificadamente a los alumnos una cuota “voluntaria” de más de ¢11 millones para equipos y materiales. Se les impuso como requisito para seguir en la especialidad.
Los cobros, que sumaron más de ¢200 millones, carecían de estudios técnicos y el dinero financió salarios, asistencia a congresos, equipos, gasolina, alimentación, pantallas led, y hasta taxis. Muchas de las compras no tenían factura.
A raíz de los cuestionamientos, la UCR, comenzó a devolver el dinero a los estudiantes y a suspender estos proyectos. Voceros de la Universidad no han precisado cuántos alumnos hicieron estos pagos ni a cuántos de ellos se les devolverá lo pagado.
Control. Fundevi fue creado en 1988 para administrar los recursos generados por la venta de servicios universitarios, como capacitaciones, cursos, asesorías y consultorías a empresas nacionales y extranjeras, y al público en general.
“ Tiene que ver un con un tema de agilidad y rapidez. Si se hicieran (los proyectos) por medio de la administración de la Universidad, sería la oficina de Administración Financiera la que recauda los ingresos, pero el que compra tendría que ser Suministros; si hay que contratar a un personal, sería Recursos Humanos.
”Lograr un proyecto con resultados bajo esa dinámica, es muy difícil”, manifestó Guillén.
Alice Pérez, vicerrectora de Investigación de la UCR, insistió en que la aprobación de esos proyectos pasa por varios filtros antes de inscribirlos ante Fundevi.
“El proyecto pasa por una comisión, ya sea de Docencia, Investigación o Acción Social. Una vez que esa comisión revisó que el proyecto tenga sentido y esté presupuestado, de ahí pasa a la Dirección de la escuela, luego por el decano de la facultad y el decano lo pasa a la vicerrectoría que corresponda. Luego, se hace el trámite respectivo, y se le informa a la Fundación”, explicó Pérez.
Para diciembre del 2015, la Fundación administraba las cuentas de 695 proyectos.
La funcionaria añadió que, para fiscalizar el uso que le dio al dinero el encargado del proyecto, este debe presentar un informe anual de los gastos.
Viajes y viáticos. Entre las partidas de estos proyectos está la asistencia de académicos a cursos y seminarios dentro y fuera del país, así como el pago de hospedaje, alimentación y transporte. Estos viajes los autoriza el coordinador de cada proyecto.
Incluso, los mismos coordinadores pueden viajar con este fondos bajo su administración, haciendo la solicitud a sus superiores.
Según Alice Pérez, como parte de los controles de los gastos, quienes pidan hacer un viaje deben incluir las proformas del costo del boleto, la habitación, indicar si hay transporte involucrado, entre otros gastos.
“Lo que prima es el evento, qué calidad tiene, qué aporte vamos a tener al asistir. Los superiores de la persona que lo solicita valoran el evento. Este tiene que estar circunscrito a la actividad del proyecto. La partida de viáticos tiene que estar regulada por fuerza, son las más estrictas y las que más se revisan”, explicó Pérez.
Para el pago de alimentación y otros gastos de viáticos, se les da a los funcionarios un monto por día que, según Pérez, se calcula de acuerdo con las tablas que fija la Contraloría General de la República. Sin embargo, Pérez indicó que la facturas no siempre son un requisito.
“Algunos docentes sí tienen la costumbre de devolver lo que sobre”, añadió Pérez.
Al consultársele a la funcionaria por qué los funcionarios no financian los viajes y viáticos con el presupuesto formal de la Universidad, ella alegó que es este “es insuficiente para satisfacer todas las necesidades”.
Sin embargo, datos de la Oficina de Administración Financiera de la UCR revelan que en el 2015 quedó sin ejecutar una tercera parte de los recursos para viajes al exterior (transporte y viáticos). De ¢543 millones, casi ¢180 millones no fueron utilizados.
El Sindicato de Empleados de la UCR (Sindéu) exigió a las autoridades universitarias abrir un debate sobre el traslado de dinero por venta de servicios a Fundevi; alegan que ese ente privado “no brinda información detallada a la comunidad universitaria”.