Puntarenas. A los 570 niños de la escuela Juanito Mora en Puntarenas los sorprendió la mañana de este miércoles dos cosas: la escuela anegada por el fuerte aguacero de ayer y la visita del nuevo ministro de Educación, Édgar Mora, que les llegó sin aviso en su primer día de labores.
Las congojas del centro educativo también sorprendieron al jerarca, que tuvo que usar el baño inundado.
Aquella, también fue su primera lección como ministro, donde en tres horas, se enteró de la realidad que encara esta escuela, y otras muchas del país.
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Durante su recorrido, por ejemplo, intentaba conversar en un aula con los alumnos, pero el ruido que entraba del exterior le dificultaba escuchar. Varias veces les pidió hablar más fuerte o él tenía que alzar la voz.
Aquel problema de comunicación es pan diario para los maestros, pues las paredes de gypson no sirven para aislar el ruido de las aulas contiguas.
La escuela no tiene cielorraso; el cinc se calienta y convierte las instalaciones en un horno. Los ventiladores tampoco ayudan para mermar el calor puntarenense que conforme se acerca el mediodía se vuelve insoportable.
De esas y muchas otras necesidades fue enterado el jerarca.
"Yo le pedí al ministro más comida en el comedor porque sirven muy poquito y también aire acondicionado porque hace mucho calor en las aulas", dijo Jeydrian Díaz, alumno de tercer grado.
El deterioro de las escuelas y colegios había sido denunciado por la misma Defensoría de los Habitantes a inicios de este año.
"Es una realidad que algunos estudiantes aún reciben lecciones en ranchos, salones comunales, iglesias y hasta en viviendas prestadas o alquiladas como también en aulas o edificaciones con serias limitaciones y riesgos. Esta situación expone a los estudiantes a contaminación ambiental, visual y sónica, sin dejar de lado la distracción por falta de divisiones y el calor por ausencia de cielorrasos o problemas de ventilación e iluminación, aunado a lo anterior, a un constante peligro debido a las malas instalaciones eléctricas, mala captación de aguas servidas o falta de agua potables”, explicó la Defensoría.
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Tras ver las instalaciones de la Juanito Mora, el ministro reconoce que "no hay nadie que merezca vivir seis años con esa infraestructura”.
La construcción de esta escuela, que costará unos ¢3.000 millones, está en etapa de licitación; si todo sale bien, los niños deberán seguir dos años más recibiendo clases en este “horno”.
"Las maestras deben hacer un esfuerzo adicional por los niveles de ruido: el calor es insoportable. Esperamos que convirtamos en infraestructura lo que decimos que vamos a invertir", manifestó Mora.
Actualmente, hay necesidades en los centros educativos, pero no es por falta de recursos, pues las Juntas de Educación tienen sin usar ¢158.000 millones.
Para la Defensoría, los problemas de infraestructura educativa se relacionan con un "serio problema del modelo de gestión administrativa y presupuestaria" del MEP.
Los niños le pidieron al nuevo ministro, además, más útiles, más libros e incluso una de las niñas le expresó al funcionario que la escuela le parecía "aburrida". Indagando un poco más, Mora se enteró que la menor sufría bulliyng por parte de un compañero.
El ministro se enteró de mucho.
Docentes también hicieron su lista
El ministro también aprovechó para hacer conversatorio con los docentes. El exceso de papeleo que le impide a los maestros dedicarse por completo a dar clases fue una queja muy común.
"En las aulas contamos con muy pocos recursos , no se puede hacer ni un cartel, tampoco le puedo pedir ¢500 colones a los niños porque eso es prohibido. Los programas nuevos son hermosos, pero necesitamos capacitación", le dijo una de las docentes; el ministro apuntaba.
Además, los funcionarios le pidieron mejor conexión a Internet y reprocharon que los maestros ganen menos que los profesores en secundaria.
"El trabajo que hacemos no es reconocido por el MEP", reclamó otro docente.
Tras la reunión, Mora calificó el sistema como "autoritario y poco colaborativo".
"Me da la impresión que cuando la comunicación llega de arriba hacia abajo sí llega a la base, pero de abajo hacia arriba no sube. Los docentes recién muy poca retroalimentación del sistema y poca calidad del conglomerado de información", explicó el ministro.
Mora le dio a los docentes su correo electrónico para que le comenten sus necesidades y sus propuestas. Todos lo anotaron esperanzados en que sea una oportunidad para lograr un cambio.