El pequeño que criaba cerdos y gallinas hoy está ​​al frente del Tec

Luis Paulino Méndez, de 60 años, fue juramentado el jueves anterior como nueva cabeza de esa casa de estudios

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A sus 12 años, Luis Paulino Méndez, pidió a su mamá hablar con el director de Liceo Nocturno de Pérez Zeledón para que le permitieran estudiar de noche y así poder seguir ayudando a su papá y a sus hermanos en la finca donde criaban gallinas, cerdos y cultivaban café, en Santa Elena de Pérez Zeledón.

Méndez, quien nació en 1958, ayudaba a sus padres Paulino y Rosa en la agricultura desde casi los seis años y hasta los 19; nunca descuidó la finca, ubicada a 11 kilómetros del centro de Pérez Zeledón, y tampoco sus estudios.

Durante ese tiempo, él aprendió a apreciar el valor de la disciplina combinada con el amor al trabajo. Con ese espíritu, el profesional, ahora con 60 años, casado y con dos hijas, llega a la silla de rector el Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).

Con el mismo ahínco que en su niñez y adolescencia cuidaba los animales y sembraba el café es que espera, durante su gestión, contagiar a los estudiantes y funcionarios del Tecnológico de que con trabajo, se puede salir adelante.

“Mi lema es: hagamos las cosas mejor todos los días”, dijo el funcionario a este medio pocos minutos de que fuera juramentado, el jueves anterior, como nuevo rector en sucesión de Julio Calvo quien estuvo en el puesto durante ocho años.

Inicios

Méndez comenzó la carrera de Ingeniería Electrónica en el Tec, en 1978. En ese año se mudó a Cartago para poder estudiar. Lo hizo gracias a que sus tíos, Tobías y Clemencia, le permitieron vivir con ellos, en Guatuso, un poblado de San Isidro de Tejar, Cartago, y gracias a un préstamo que sacó en la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape).

Para él, su trabajo en la finca junto con sus papás y sus otros nueve hermanos fue fundamental para formar su personalidad.

“En la finca pasábamos cultivando. Ahí pasamos bien entretenidos cuidando vacas, chanchos, gallinas. Teníamos casi el Arca de Noé completa, recogimos animales de varias especies: pavos, patos, chompipes; de todo teníamos. Había campo para hacer cosas, el trabajo con el café era lo que nos generaba recursos en efectivo, eso era lo más común; el resto era vender maíz y frijoles pero no era negocio”, detalló.

Se interesó en la Ingeniería Electrónica a pesar de que durante su niñez y adolescencia nunca tuvo electricidad. Cuando le preguntaban qué era eso que quería estudiar, él no sabía explicarlo, no sabía qué era.

Cuenta que fue el primero de sus hermanos en usar zapatos debido a que tenía problemas de crecimiento, algo que puso en duda su entrada al colegio nocturno, ya que solo se permitía el ingreso en estos centros a mayores de 15 años o de muchachos que por lo menos lo parecieran.

Concluyó la primaria en 1971,en la Escuela de Santa Elena, pero su crecimiento estaba fuera de los límites esperados: 1,21 metros.

“Me quedé en la casa un año solo para ver si crecía, pero no crecí. Mi mamá fue a hablar con el director del nocturno para que me aceptara; él le dijo que yo no tenía 15 años pero que si esta grandecito, no importaba.

”Mi mamá, se quedó callada, no dijo nada; me aceptaron pero a las dos semanas de estar en el colegio, el director me vio y se asustó de mi tamaño, se preocupó porque si alguna autoridad del MEP me veía, él podía tener problemas, pero no pasó nada. Empezaron los exámenes y mi rendimiento estaba muy bien, el director me dijo: ‘La esencia no viene en estañones’”, contó Méndez riendo.

Regresaba del colegio nocturno a la casa a las 11: 30 p. m., después de caminar un kilómetro del colegio hasta su vivienda y se levantaba a las cinco de la mañana para integrarse a las labores de la finca. Para él, nada de eso fue una limitante.

Su llegada al Tecnológico

El nuevo rector contó que su relación con el Tecnológico se la agradece a un profesor de ciencias de la escuela que los motivó con experimentos y que les había hablado de la electricidad.

“En el pueblo no había electricidad, ni electrodomésticos, pero pero aun así me gustó la ingeniería electrónica. El profesor era muy motivador, nos enseñó a que teníamos que aspirar a más cosas que seguir en una finca”, explicó.

Se graduó de ingeniero técnico en electrónica el 20 de marzo de 198 y se fue a trabajar a Radiográfica Costarricense (Racsa) en el área de servicio de telecomunicaciones, cuando básicamente lo que existía era el fax y el telex, un dispositivo telegráfico de transmisión de datos, ya obsoleto.

“Estando Racsa, compañeros de la escuela de Electrónica del Tec me fueron buscar porque había una plaza de profesor y, en octubre de 1983, me vine para acá; ya llevo 35 años en el Tecnológico”, dijo Méndez.

En 1991, por medio de una beca, fue a cursar el Máster en Informática Técnica, en la Universidad RWTH Aachen, en Alemania.

Luego, al llegar de Alemania, fue director de la Escuela de Electrónica entre 1992 y 2007. Luego, fue coordinador de la carrera de Ingeniería en Computadores, del 2009 al 2011.

Antes de ser elegido como rector, fue vicerrector de docencia.

Méndez considera que su experiencia de vida lo ayuda a buscar las formas de llevar la universidad a las regiones o aumentar la cantidad de alumnos de regiones que cursan una carrera en el Tec.

“Esa sensibilidad la proyecta uno buscando cómo llegar a las regiones o tener más gente aquí de Talamanca u Osa. Los alumnos de las regiones en el Tec subieron de un 18% a un 27%. Llevar centros académicos a las regiones ayuda, pero no es la forma más fácil; lo mejor es ver cómo los traemos para acá y lograr que ellos se interesen por estudiar”, manifestó.

El nuevo rector, además, dijo que sabe que durante su gestión debe lograr una mayor sostenibilidad de Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) pero eso, eso ya es otra historia.