San Carlos. En esta zona del país, la población de alumnos la determinan el desempleo y la migración interna.
Lo anterior significa que si en un pueblo hay padres de familia sin trabajo, el hogar entero se va a otra comunidad en busca de mejores condiciones de vida.
Es el caso del centro educativo de Rancho Quemado, en Pocosol, San Carlos. Antes de que se establecieran ahí empresas piñeras, la escuela llegó a tener hasta 15 alumnos y más, pero cuando una de esas firmas cerró operaciones, algunos jefes de hogar se quedaron sin trabajo y decidieron sacar a sus familias de la zona.
Lo anterior provocó que el curso lectivo del año pasado la pequeña escuela se quedara con apenas siete alumnos.
Otro ejemplo es la escuelita de La Cascada de Cutris, que este año tiene una alumna. En ese asentamiento campesino la escasez de fuentes de trabajo estimuló la migración.
Otros factores que los lugareños mencionan son el hecho de que los proyectos de reforestación que abarcan cientos de hectáreas de tierra, demandan muy poca mano de obra.
Emiliano Prado, supervisor del Circuito 12 con sede en Coopevega de Cutris, al que pertenecen 19 escuelas unidocentes, afirma que la caída de la matrícula no es tan elevada como dicen padres.Afirmó que, históricamente, esos centros de enseñanza no han tenido una gran población. “Por eso se les llama unidocentes, porque solo un maestro o maestra puede atender a los pocos educandos”, explicó.Prado afirmó que las unidocentes seguirán abiertas aunque sea con solo un alumno o alumna pues el Estado está en la obligación de garantizar la educación a todos los niños del país.