Ante criterio vinculante de la Procuraduría General de la República, el Directorio del Congreso debió tomar el acuerdo de ya no pagar más la gasolina de los carros legislativos que usan los diputados para sus giras.
La decisión se tomó este mediodía, en la sesión ordinaria del Directorio, donde se conoció la respuesta de la Procuraduría ante consulta de la cúpula legislativa.
Ese órgano determinó que los diputados deben pagar el combustible que consuman los vehículos propiedad del Estado, asignados para sus giras.
Ya el diputado Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC), había pedido la opinión jurídica de ese órgano y se le había respondido precisamente que no puede la administración legislativa pagar dos veces la gasolina de los diputados: por una parte, los 500 litros de combustible que les da a los congresistas al mes y el pago de la gasolina para las giras.
El director ejecutivo del Congreso, Antonio Ayales, explicó que la primera decisión tomada fue la de suspender todas las giras que estaban programadas para este próximo fin de semana, mientras la administración establece el protocolo para que los legisladores paguen la gasolina que consumen con los vehículos oficiales.
"Nos preocupa cómo se podría cobrar cuando algunos diputados podrían regresar de una gira y no tener lo necesario, dentro de los 500 litros asignados a él, para cubrir lo que haya consumido el vehículo", dijo Ayales.
Los vehículos que utilizan los carros fueron comprados por el parlamento en el 2010, son Nissan tipo Patrol, de doble tracción.
En el pasado, varios legisladores han aprovechado estos vehículos oficiales para diligencias personales. Entre estos casos estuvo el de Justo Orozco, que usaba el carro para ir de gira a varias asambleas cantonales de su partido, Renovación Costarricense, así como José Joaquín Porras, del Partido Accesibilidad Sin Exclusión, que enviaba a su chofer a pasar la noche en Jacó, luego de que lo dejaban a él en su casa, en Atenas.
El caso más reciente es el del diputado Abelino Esquivel, de Renovación, quien viajó de Limón a Puntarenas en un vehículo oficial con chofer y gasolina pagada por el Congreso, con el fin de ir a una mejenga entre diputados y periodistas.