En el Colegio Técnico Profesional (CTP) de Osa, en Palmar Norte, en Puntarenas, el esfuerzo y buenas calificaciones se reconocen y se premian.
Desde el 2024, este centro educativo implementó una iniciativa que permite que los estudiantes que saquen notas iguales o superiores a 90 en sus exámenes puedan ganar tabletas, relojes inteligentes, audífonos, parlantes, calculadoras científicas, artículos deportivos, vales de consumo para la soda y más.
La estrategia consiste en que por cada 90 en un examen, técnico o académico, los alumnos reciben un cupón que pueden llevar hasta la tómbola del esfuerzo y el conocimiento.
El 20 de noviembre se realizará la dinámica y saldrán los ganadores de los premios que reconocerán la disciplina y dedicación de los colegiales.
“Empezamos promoviendo que todos los jóvenes de la institución que sacaran notas de 90 o más en sus exámenes podían ir a la dirección y canjear su nota por un cupón para una tómbola”, comentó Henry Rodríguez Mojica, director del CTP de Osa.
Los estudiantes están tan entusiasmados que su rendimiento ha mejorado, según contó Melvin Mora Segura, director académico del CTP.
En el 2024, de los más de 800 alumnos del centro educativo participaron 275; este 2025, 600 tienen sus cupones en la tómbola, lo que representa que sacaron un 90 en uno o más exámenes.
“Tenemos varios casos de estudiantes que quizá antes no estaban tan motivados, tenían varias notas rojas y pasaban gracias a la convocatoria. Este año al ver lo que sucedió con la tómbola en el 2024, se inspiraron y decidieron esforzarse para poder tener opción de ganar esos premios.
“Esta es una zona rural y las condiciones económicas son bajas, no cualquiera puede tener acceso a comprarse una tablet o un reloj inteligente”, comentó el coordinador académico.
Mora agregó que hay casos de estudiantes que empezaron ganando cupones gracias a sacar notas de 90 en materias como música; no obstante, con el paso del tiempo obtenían los tiquetes por su buen desempeño en Ciencias, Español o Matemáticas.
“Los premios los motivan, pero también lo hacen para demostrarse a ellos mismos y a sus compañeros que pueden”, dijo el coordinador.
Más allá de los premios, Melvin Mora considera que los estudiantes luchan por su superación personal. Narra que en ocasiones los colegiales sacan un 89 y se acercan a él o al director solicitando que les permitan obtener el cupón, cuenta que en ocasiones los otorgan, pues reconocen el esfuerzo detrás de esa calificación.
En el caso de los alumnos que se eximen y no deben realizar los últimos exámenes, igualmente reciben su tiquete, pues es como si se hubieran sacado un 100.
¿Quién paga los premios?
Los premios que se sortearán en la tómbola son adquiridos por la junta administrativa y donados por empresarios de la zona, quienes se unieron para apoyar a los estudiantes.
¿Esta es una práctica adecuada?
Pablo Chaverri, del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA), comentó que en el caso de niños, niñas y adolescentes hay que ser muy cuidadosos con el tema de las recompensas.
El académico comentó que para contextualizar este tipo de estrategias, como la implementada por el centro educativo, hay que empezar distinguiendo la motivación intrínseca (nace del interior de una persona, por el disfrute de una actividad) de la extrínseca (recompensas externas, como premios).
Comentó que dar recompensas por las notas es más una motivación extrínseca y agregó que el problema de esta es que suele agotarse en el corto plazo y puede hacer que las personas se esfuercen solo por el premio y no por lo que deberían apreciar y valorar por sí mismo, como por ejemplo el improtante conocimiento que aportan la Historia o las Matemáticas.
“No me opongo del todo pero creo que hay que ser más cuidadosos y ponerlo en el marco de una estrategia más amplia de motivación y apoyo educativo”, comentó.
