Once personas envió ayer en la tarde a prisión el Tribunal de Juicio de Cartago por el delito de tráfico de drogas en la modalidad de grupo organizado.
Se trata de una banda que operaba en la provincia de Cartago y era conocida como grupo de “los Andrade”, apellido de sus dos cabecillas.
Contra el líder principal, Julio Andrade Monge, los jueces dictaron 15 años de cárcel, mientras contra su hermano, Rabin Dranat, 10 años de prisión.
Según explicó el juez Omar White, contra los hermanos existía abundante prueba para vincularlos con el caso.
Entre la evidencia señalada figuraron videos, llamadas telefónicas, seguimientos y decomisos de droga.
Otros condenados fueron Rándall Vega González, German Martínez Castro, Víctor Brenes Olivares, José Hernández Figueroa y Mauricio Sánchez, quienes fueron sentenciados a nueve años de prisión.
Todos ellos fueron hallados culpables del mismo delito que los Andrade.
A ocho años de cárcel fueron condenados Humberto Reyes Guerrero, Ivania Moya Machado y los expolicías Marvin Machado Solano y Carlos Meléndez Pérez.
Aparte de las condenas, se ordenó el decomiso de tres carros, teléfonos celulares, joyas y dinero.
La banda fue desarticulada en octubre del 2001, tras una serie de allanamientos a cargo de la Policía de Control de Drogas (PCD).
Las pesquisas de dicho cuerpo policial permitieron establecer que la organización operaba en los cantones central, La Unión, Turrialba y Paraíso, entre otros de la provincia de Cartago.
Las tareas
Para ello la banda se dividía en subgrupos, coordinados por los Andrade.
Dentro de la organización había quienes negociaban los cargamentos, mientras otros los almacenaban y transportaban hacia diferentes lugares.
Luego aparecían los vendedores, quienes operaban en barrios marginales elegidos por los hermanos Andrade.
Mientras 10 de los 11 sentenciados fueron enviados de inmediato a prisión, otros cuatro regresaron a sus casas y sin ningún cargo.
El Tribunal consideró que María de los Ángeles Wálker Alvarado, Carlos Guevara Roque, Gerardo Matarrita Cerdas y Esteban Castillo Bonilla eran inocentes.
Otra que pudo volver a su casa fue Ivania Moya, a quien, pese a la sentencia, los jueces no le suspendieron la libertad provisional debido a que acaba de dar a luz.
Una vez que el fallo quede en firme será recluida en El Buen Pastor.