El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, amenazó el jueves al primer ministro de Hungría, Viktor Orban, con una batalla si mantiene su decisión de reabrir el debate sobre la pena de muerte en su país.
"La carta de derechos fundamentales de la Unión Europea prohíbe la pena de muerte, y Orban debería decir inmediatamente y de forma clara que esa no es su intención. Si es su intención, habrá una batalla", declaró Juncker en una rueda de prensa.
Orban afirmó el martes que la cuestión de la pena de muerte, abolida en Hungría en 1990, debía ser debatida nuevamente, subrayando que la legislación húngara (una de las más severas de Europa) no era lo "suficientemente persuasiva".
Las declaraciones del primer ministro húngaro desataron una agria reacción por parte de Bruselas, que ya se ha enfrentado en otras ocasiones al gobierno de Budapest por sus posturas en materia de derechos humanos y sociedad civil.
Las reacciones contrarias han venido incluso de su propia familia política en las instituciones comunitarias, el Partido Popular Europeo, que reagrupa a conservadores y democristianos, entre los que se encuentra el propio Juncker.
Una fuente europea dijo el miércoles que si Hungría restablecía la pena capital, se abriría un proceso que podría conducir a sanciones, incluida la suspensión de los derechos de voto del país en el Consejo Europeo, la instancia de toma de decisiones de los 28 Estados miembros.
"Todo el mundo está movilizado contra Orban en este asunto", agregó la fuente, que pidió no ser identificada.
El primer ministro húngaro conservador un tiempo perdiendo votos frente al partido de extrema derecha Jobbik, antiinmigración y a favor de la pena de muerte.
Hungría abolió la pena capital tras el fin del comunismo en 1990 y según los protocolos de la UE, a la cual se unió en 2004, no puede restablecerla.