Kiev. AFP. La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) acusó al Ejército ucraniano de utilizar bombas de racimo contra los separatistas prorrusos en la región este del país.
En un informe publicado el lunes, esta organización con sede en Nueva York afirmó haber constatado “un uso reiterado de bombas de racimo en los combates entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes prorrusos en más de una docena de lugares, tanto en la ciudad como en el campo”.
Si bien es imposible determinar el origen de muchos de estos ataques, hay pruebas que señalan la responsabilidad de las fuerzas gubernamentales ucranianas en varios combates contra Donetsk , el principal bastión separatista, sostuvo la organización.
El ataque que costó la vida a un empleado de la Cruz Roja el 2 de octubre en Donetsk, fue realizado con cohetes de racimo, dijo esta ONG.
El Ministerio ucraniano de Defensa, interrogado por la AFP, rechazó estas acusaciones, que “carecen de todo fundamento”. “Los soldados ucranianos no utilizaron municiones de ese tipo”, declaró el portavoz, Bogdan Senyk.
La bomba de racimo es un explosivo que se lanza desde el aire o desde la superficie y que, al alcanzar una altura determinada, se abre y deja caer centenares de pequeñas bombas de diferente tipo –antipersonales, para destruir pistas, incendiarias– de alto poder destructivo.
Misma versión. HRW precisó que también los insurgentes usaron esas armas, mas aclaró que los elementos no son suficientes para estar completamente segura.
Médicos ucranianos confirmaron el informe emitido por Human Rights Watch.
“Esas armas no son hechas para destruir edificios, sino únicamente para matar a gente. He retirado decenas de veces de heridos, civiles y militares, pequeños dardos provenientes de arma de submunición, utilizadas por los ucranianos, pese a que son prohibidas en todo el mundo”, se indignó un cirujano del hospital Kalinine, sito en la ciudad de Donetsk, quien solicitó conservar el anonimato.
“Esos pequeños dardos provocan heridas profundas. A veces hemos hallado hasta 20 o 30 en el cuerpo de una persona herida”, aseveró el cirujano.
En el hospital número 17 de Donetsk, el cirujano Nikolai Vladimirovitch afirmó también haber tratado a un herido con esa arma.
“Tuve que operar a un herido a quien se le retiró un dardo de ese tipo. Fue hace unos diez días”, dijo el médico. Agregó que solo ha tenido un caso de ese tipo en el hospital.
Ucrania, Estados Unidos y Rusia no firmaron en el 2008 el tratado que prohíbe la fabricación, almacenamiento y uso de esas bombas.
En una investigación publicada el lunes, The New York Times , que se basó en sus propias constataciones, se refirió a “señales claras de que se dispararon bombas de racimo desde territorios controlados por el Ejército, donde cohetes mal disparados que contenían submuniciones fueron encontrados por aldeanos en los campos”.