París. AFP. Más allá de las protestas habituales, la revelación de que Estados Unidos espió a Francia ilustra el conocido decir de los servicios de inteligencia: en materia de espionaje, los países no tienen amigos ni enemigos, solo intereses.
Para defenderlos se recurre a todos los medios y Francia, que levanta ahora la voz para protestar por actos que considera “inaceptables” por parte de un país aliado, no se priva de hacer lo propio cada vez que puede, manifestaron los expertos.
No hay nada nuevo. “Todos saben desde el 2003 que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA ) estadounidense ha desarrollado un sistema de adquisición de datos en todo el mundo”, declaró Alain Chouet, exjefe de Servicios de Inteligencia franceses. “En principio, era para luchar contra el terrorismo. No sirvió para gran cosa contra el terrorismo, pero sí para un montón de otras cosas. La herramienta funciona, y funciona tanto mejor cuando tiene por objetivo a personas tecnológicamente avanzadas que no tienen cuidado con sus teléfonos”, comentó Chouet.
Los millones de documentos estadounidenses secretos hechos públicos en el 2013 por el especialista de informática Edward Snowden , cuya explotación aún no ha terminado, demostraron la amplitud de las capacidades de Estados Unidos para interceptar comunicaciones en el mundo entero.
Esos documentos revelaron que las más altas autoridades alemanas y la Unión Europea eran blancos privilegiados del espionaje de la NSA.
“Sería un tanto arrogante por parte de Francia pensar que está al amparo de ese tipo de acciones”, estimó Alain Chouet.
“En materia de espionaje no hay amigos ni aliados, solo hay intereses”, insistió Chouet.
La primera medida para contrarrestar el espionaje sería utilizar teléfonos codificados, lo que a menudo no se hace por descuido.
En el caso de las escuchas estadounidenses, “la falta la comete Francia”, estimó una fuente bien informada, lamentando que los altos dirigentes franceses prefieran utilizar sus teléfonos privados en vez de esas líneas codificadas, “de uso un poco más complicado”.
“La utilización de teléfonos codificados es una disciplina” y quien no se atiene a ella “debe asumir los riesgos”, agregó la fuente.
No fue necesario esperar las revelaciones de Edward Snowden para saber que Francia estaba en la mira del espionaje estadounidense, señaló Eric Dénécé, director del Centro Francés de Investigación sobre Inteligencia (CF2R).
“Los norteamericanos espiaron a de Gaulle... ¡Imaginen las escuchas que organizaron cuando Mitterrand llegó al poder con cuatro ministros comunistas en el Gobierno!”, expresó Dénécé.
“Lo hacen para tratar de anticipar cuáles serán las próximas alianzas, y también para saber quién cometió faltas, para estar en condiciones de chantajear a los políticos en las negociaciones” internacionales. Además, “están las informaciones económicas”, sector donde abundan los golpes bajos.
Ni Gran Bretaña, ni Alemania ni Francia se privan de hacerlo, pero cada país “está limitado por sus capacidades respectivas”, afirmó Chouet. Cuando no se tienen los medios de la NSA, cada cual “se concentra sobre lo que considera importante en el momento”.