Washington. Dos yihadistas de una célula del grupo Estado Islámico (EI), responsable de la ejecución de varios rehenes occidentales, serán llevados ante un juez estadounidense el viernes en el primer paso hacia el juicio de los crueles Beatles.
Apodados así por sus rehenes debido a su acento inglés, Alexanda Kotey, de 36 años, y El Shafee el-Sheikh, de 32, fueron transferidos el miércoles de Irak a Estados Unidos y se encuentran arrestados en un lugar secreto en Virginia, cerca de Washington.
Por medio de sus abogados, ambos se declararon no culpables y pidieron ser juzgados por un jurado. También renunciaron a su derecho a un juicio rápido en un plazo de 90 días, un objetivo insostenible dada la complejidad del caso.
El juez T. S. Ellis argumentó que “se necesita tiempo para lograr la justicia en este caso”, y fijó la próxima audiencia para el 15 de enero.
Mientras tanto, las pruebas -que contienen información confidencial- serán entregadas a la defensa de los dos acusados.
El jueves, un gran jurado los acusó del secuestro y asesinato de cuatro estadounidenses: los periodistas James Foley y Steven Sotloff, cuya decapitación en el 2014 se escenificó en videos que conmocionaron al mundo, y los activistas humanitarios Kayla Mueller y Peter Kassig.
El miércoles, un juez de turno les leyó el acta de acusación en una breve aparición en video y les asignó abogados de oficio.
Ambos deberán comparecer de nuevo este viernes ante ese magistrado para establecer las condiciones de su detención.
Más tarde se presentarán por primera vez ante el juez T. S. Ellis III, un experimentado magistrado que se espera presida su juicio. En esta ocasión, deben decir si tienen la intención de declararse culpables.
Los dos hombres, que crecieron y se radicalizaron en Reino Unido antes de unirse al Estado Islámico (EI) en Siria en el 2012, fueron despojados desde entonces de su nacionalidad británica.
Crueldad extrema
Formaban parte de un cuarteto que, según varios centros de investigación estadounidenses, secuestró y decapitó a 27 rehenes, entre ellos civiles sirios.
"Sus métodos sádicos no tenían límites, incluyendo la crucifixión, el ahogamiento, las ejecuciones simuladas", relatan los investigadores Anne Speckhard y Ardian Shajkovci -quienes se reunieron con Kotey en su celda en Siria- en un artículo para el Centro Internacional para el Estudio del Extremismo Violento (ICSVE, por su sigla en inglés).
La figura más prominente del grupo, Mohammed Emwazi, apodado Jihadi John, se distinguía por aparecer vestido todo de negro con un cuchillo de carnicero en los videos de propaganda del EI. Murió en un bombardeo estadounidense en Siria en noviembre del 2015.
Kotey y el-Sheikh fueron capturados en enero del 2018 por las fuerzas kurdas en Siria y luego puestos bajo control del Ejército de Estados Unidos en Irak en octubre del 2019, en el momento de la ofensiva turca en el norte de Siria.
El cuarto integrante, Aine Davis, está encarcelado en Turquía.
Pruebas británicas
En el 2015, Estados Unidos presentó una solicitud de asistencia jurídica a las autoridades británicas para obtener pruebas en vista de un juicio en suelo estadounidense.
Londres interrumpió su cooperación en el 2018, después de haber sido criticado por no garantizar que los yihadistas no fueran sometidos a la pena de muerte. La situación se desbloqueó en agosto cuando Washington se comprometió a no pedir la pena capital contra los dos hombres.
Así, la Justicia británica entregó las pruebas solicitadas, allanando el camino para la acusación y el traslado.
Las familias de sus víctimas estadounidenses saludaron a través de un comunicado "el primer paso en la búsqueda de la justicia".
“Espero que puedan incriminar a otros que podrían estar todavía escondidos en otras partes de Europa o en algunos campos de refugiados”, dijo la madre de James, Diane Foley, a la AFP.