El Cairo. Al menos 235 fieles que asistían a la plegaria semanal en una mezquita de la región egipcia de Sinaí murieron este viernes a manos de hombres armados, en el ataque más mortífero en la historia reciente de Egipto.
El presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, prometió una respuesta “brutal” a este atentado, aún no reivindicado, que dejó también 109 heridos.
“Las Fuerzas Armadas y la Policía vengarán a nuestros mártires”, declaró.
El Ejército del Aire “destruyó varios vehículos utilizados en el ataque” y “atacó varios puntos terroristas que contenían armas y municiones”, anunció por la noche el portavoz del Ejército, Tamer El Refaï.
El ataque ocurrió en la localidad de Bir al Abed, al oeste de El Arish, capital de la provincia del Norte-Sinaí, región donde las autoridades combaten entre otros a la rama egipcia del grupo yihadista Estado islámico (EI).
Una bomba estalló en la mezquita Rawda en el Sinaí, antes de que los atacantes comenzaran a disparar contra las personas que asistían a la oración semanal, indicaron responsables.
Testigos dijeron que los atacantes estacionaron alrededor de la mezquita vehículos todoterreno y luego colocaron una bomba fuera del templo.Los hombres armados dispararon entonces contra la multitud en pánico que intentaba huir y quemaron sus vehículos para bloquear los accesos a la mezquita.
Los hombre armados “entraron en la mezquita, eran entre 10 y 20 y mataron a más personas de las que hirieron”, explicó Magdy Rizk, herido en el ataque. “Llevaban máscaras y uniformes militares”, añadió.
Aseveró que las familias que vivían en esta zona de mayoría sufí ya habían recibido amenazas de grupos extremistas.
Las imágenes que circulaban en las redes sociales mostraban decenas de cuerpos ensangrentados envueltos en sábanas tendidas en el suelo de la mezquita. Otras mostraban a decenas de familiares haciendo file frente a hospitales y ambulancias que iban y venían en la zona.
Ashraf el-Hefny, residente en el área del ataque, informó de que muchas de las víctimas eran trabajadores de una fábrica de sal cercana que habían venido a las oraciones del viernes en la mezquita.
“La gente llevó heridos a hospitales en su vehículos y camionetas”, afirmó por teléfono.
La Presidencia egipcia decretó tres días de duelo nacional.
Repulsión
El presidente estadounidense, Donald Trump, condenó en un tuit el “horrible y cobarde” ataque.
Horrible and cowardly terrorist attack on innocent and defenseless worshipers in Egypt. The world cannot tolerate terrorism, we must defeat them militarily and discredit the extremist ideology that forms the basis of their existence!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 24, 2017
En un mensaje enviado a su homólogo egipcio, el presidente ruso, Vladimir Putin, evocó un ataque consternante “por su crueldad y cinismo”, según un comunicado del Kremlin.
El papa Francisco se declaró “profundamente entristecido por las pérdidas humanas causadas por el ataque terrorista” y el gran imán de la universidad egipcia de Al Azhar, el jeque Ahmed el Tayeb, condenó “en los términos más fuertes el bárbaro ataque terrorista”.
Ahmed Abul Gheit, secretario general de la Liga Árabe, con sede en El Cairo, condenó el “terrorífico crimen”, indicó su portavoz.
El Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, reaccionando al ataque, resaltó que “el terrorismo no escatimará (...) brutalidades en su intento desesperado de afirmarse”.
El rey Salmán de Arabia Saudí indicó que acompaña a Egipto tras este acto “cobarde”.
De momento ningún grupo reivindicó el ataque.
Arremetida de islamistas
La matanza es el indicio más reciente de la ineficacia de la lucha que el gobierno emprendió hace más de tres años para aplastar la insurgencia de un grupo afiliado al Estado Islámico en el Sinaí.
Desde el 2013 y tras la destitución por el Ejército del presidente islamista Mohamed Mursi, los grupos yihadistas, entre ellos Estado Islámico, atacan regularmente a las fuerzas de seguridad en el norte del Sinaí. Varios policías y militares murieron en esos ataques, así como civiles.
El brazo local de EI reivindicó asimismo varios ataques contra civiles, entre ellos cristianos y adeptos al sufismo.
El grupo mató a más de 100 cristianos principalmente coptos con bombas y disparos en iglesias del Sinaí y otras partes de Egipto, obligándolos a huir de la península.
En febrero los cristianos de El Arish debieron huir en masa luego de una serie de ataques violentos contra su comunidad.
El grupo EI se adhiere a la visión puritana del salafismo y considera el sufismo como herético.
Los yihadistas secuestraron y decapitaron el año pasado a un líder sufí, a quien acusaron de hacer magia, y raptaron a adeptos del sufismo que luego liberaron tras haberse “arrepentido”.
Los yihadistas de al-Qaeda también amenazan Egipto. Este grupo opera desde Libia, en la frontera oeste del país.
Un grupo llamado Ansar al Islam (partidarios del islam, en árabe) reinvindicó una emboscada en octubre en el desierto occidental egipcio en la que murieron al menos 16 policías.
Las Fuerzas Armadas respondieron con ataques aéreos a modo de represalia, matando al jefe del grupo Emad al Din Abdel Hamid, exoficial militar muy buscado luego que se unió a un grupo afiliado a al Qaeda en el bastión yihadista libio de Derna.
En octubre del 2015 el grupo Estado Islámico reivindicó un ataque con bomba en el que murieron los 224 ocupantes de un avión ruso, que estalló luego de despegar de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo en el sur de la península del Sinaí.