Génova, Italia. La esperanza de hallar sobrevivientes del derrumbe de un puente en Génova, que deja hasta ahora 40 muertos, disminuye con el paso de las horas mientras arrecia la polémica y el gobierno amenaza con castigar a la gestora de la autopista.
Los equipos de rescate siguen trabajando sin descanso entre los bloques de cemento del puente Morandi y los restos de los vehículos que cayeron al vacío desde una altura de unos 50 metros.
Durante la noche, los bomberos recuperaron nuevos cuerpos sin vida, por lo cual el balance de muertos se elevó a 50, entre ellos tres chilenos residentes desde hace décadas en Génova y que viajaban en el mismo automóvil.
El gobierno italiano decretó el estado de emergencia en Génova por 12 meses tras el derrumbe indicó este miércoles el primer ministro italiano, Giuseppe Conte. La decisión se anunció desde la prefectura genovesa al término de un consejo de ministros durante el cual adjudicaron un fondo de cinco millones de euros para la ciudad.
La medida tiene como finalidad la de favorecer la aprobación de proyectos para hacer frente a la emergencia provocada tras el derrumbe de una de las vías más importantes de la región, que une el este con el oeste de la península.
Conte decretó también una jornada de duelo nacional y confirmó que el gobierno va a revocar el contrato de concesión de las autopistas a la firma Autostrade, en un 30% propiedad de la familia Benetton.
Horas antes el gobierno había exigido la dimisión de los directivos de la firma responsable del mantenimiento del puente que se desplomó.
Varios extranjeros y familias enteras que atravesaban el céntrico puente perdieron la vida mientras cruzaban el puente, ubicado en una zona urbana y que conecta con una autopista hacia Francia.
El papa oró este miércoles por las víctimas de la tragedia durante el Ángelus por la fiesta de la Asunción y envió un mensaje de solidaridad a todos los afectados.
Ayer, al momento del colapso del puente Morandi, llamado el “puente enfermo” por sus problemas estructurales desde su inauguración en 1967, había 30 automóviles y tres camiones que se precipitaron del alto viaducto.
Los cuerpos de socorro evacuaron a 16 heridos (12 en estado grave) y se habla de una decena de desaparecidos, entre ellos una familia que se dirigía a pasar vacaciones en la isla de Elba, algo más al sur.
"No llegaron al hotel. No responden al teléfono. A esa hora probablemente estaban cruzando el puente", cuenta angustiado a la prensa Antonio, un pariente.
“Este es un momento muy difícil para todos porque hemos llegado a un número muy elevado de víctimas (...) Los socorristas no pierden la esperanza de encontrar sobrevivientes, pero cuanto más tiempo pasa, más difícil será”, reconoció Riccardo Sciuto, comandante de los carabineros de la provincia de Génova .
Más de 600 personas fueron obligadas a abandonar sus residencias y 11 edificios de la zona afectada fueron evacuados por temor a que otros pilotes del puente cedan.
Debido a la festividad del 15 de agosto, cuando todo el país se paraliza, el flujo de vehículos por esa ruta era altísimo ya que también conduce a zonas de playas así como a regiones de montaña.
"No ha sido una fatalidad, con seguridad no", adelantó Francesco Cozzi, el fiscal de Génova , resumiendo el sentimiento de buena parte de las autoridades.
En Italia estallaron las polémicas este miércoles por una tragedia que muchos consideran que hubiera podido ser evitada.
Tanto el jefe del gobierno italiano, Giuseppe Conte, como el viceprimer ministro Luigi Di Maio, líder del Movimiento 5 Estrellas (M5E, populista), y el ministro de Transportes e Infraestructuras, Danilo Toninelli, han prometido mano dura ante una tragedia que muchos calificaron de inaceptable.
"Dado que hubo graves fallos, hemos iniciado los procedimientos para una eventual revocación de las concesiones para la gestión de las autopistas", anunció el ministro Toninelli.
Gobierno asigna responsabilidades
El gobierno italiano responsabiliza a Autoestrade, la empresa concesionaria de la vía, de propiedad de la familia Benetton, de haber aplazado los controles y la manutención del controvertido viaducto.
La firma divulgó un comunicado con las elevadas cifras invertidas para la seguridad de las autopistas italianas, que califican entre las más seguras de Europa, como respuesta a las acusaciones del gobierno. El martes por la noche, el jefe de gobierno, Giuseppe Conte, anunció un extraordinario plan de control de las infraestructuras en todo el país.
"Los italianos tienen el derecho de viajar seguros", afirmó.
Según la empresa italiana que administra las autopistas, se estaban realizando obras de consolidación en la base del viaducto, que era objeto de "observación y vigilancia constantes".
Algunos expertos e ingenieros calificaron el desplome del puente de tragedia anunciada, ya que desde su construcción en los años 1960 ha generado controversias, y ha sido sometido a numerosas y costosas obras de remodelación a causa de grietas y la degradación del hormigón.
"Hubo negligencia. Hay que encontrar a los culpables. Esto es un escándalo. No debió ocurrir", clamó indignado desde el río cercano, Francesco Buccheri, de 62 años.
El puente “enfermo”, como era llamado, lo concibió el ingeniero Riccardo Morandi, el mismo autor del puente General Urdaneta de Maracaibo, en Venezuela, uno de los más largos del mundo, que se hundió tras el choque de un barco petrolero.