Rabat
Al menos siete inmigrantes, entre ellos una mujer, murieron ahogados este jueves en un nuevo intento masivo de cruzar la frontera desde el norte de Marruecos al enclave español norteafricano de Ceuta.
Los fallecidos forman parte de un grupo de cerca de "200 inmigrantes en situación irregular" que intentaron llegar por la mañana a Ceuta, indicó la prefectura marroquí de M'Diq Fnideq, ciudad marroquí próxima al enclave español.
Trece fueron rescatados y las operaciones de salvamento continúan, según la prefectura. Por el momento, se desconoce la nacionalidad de los fallecidos.
La delegación del gobierno español en Ceuta confirmó, por su parte, que la gendarmería marroquí había hallado cinco cuerpos sin vida en la playa.
"Tenemos cinco muertos confirmados", afirmó un portavoz de la delegación del gobierno. "Las autoridades marroquíes han encontrado los cuerpos en la playa", añadió.
Según esta fuente, "unas 400 personas intentaron entrar en la ciudad autónoma hacia las 7 a. m. hora local, tanto por la playa como por el puesto fronterizo de El Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, aunque todos fueron rechazados.
Un representante de la Asociación marroquí de derechos humanos informó a la AFP de un balance de ocho muertos en total.
"Este drama muestra una vez más los riesgos tomados por los candidatos a la emigración clandestina, que ponen en peligro sus vidas", señaló la prefectura de M'diq Fnideq, que añadió que los hechos se pusieron en conocimiento de "la fiscalía competente".
Estos intentos de cruzar la frontera, llevados a cabo en su mayoría por inmigrantes de origen subsahariano, se repiten regularmente en torno a los dos enclaves norteafricanos españoles de Ceuta y Melilla, únicas fronteras terrestres entre África y Europa.
Las autoridades marroquíes anunciaron el domingo pasado el hallazgo de cinco cadáveres, entre ellos los de cuatro senegaleses, frente a las costas de Nador, ciudad marroquí próxima a Melilla.
El 22 de enero pasado, la policía española impidió otro intento de entrada masiva de unos 800 inmigrantes clandestinos subsaharianos en este enclave español.
Para intentar frustrar estas entradas masivas de inmigrantes llegados del África subsahariana, vía Marruecos, España levantó en torno a Melilla una triple valla, de once kilómetros de largo y siete metros de altura, equipada con cámaras de vigilancia y distintos sensores, mientras que Ceuta también está rodeada por otro vallado.