Tokio. EFE. Shinzo Abe asumió ayer el cargo de primer ministro de Japón, con el reto de revitalizar la tercera economía del mundo, al borde de la recesión, mediante una batería de medidas y un cargo ministerial creado exclusivamente para potenciar el crecimiento.
El nuevo ministro portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga, subrayó esta meta al anunciar la composición del nuevo gabinete japonés.
“El primer objetivo es recuperarnos del desastre de marzo del 2011 y también revitalizar la economía”, afirmó contundente.
Ya en campaña, Abe, de 58 años y quien fue primer ministro del 2006 al 2007, prometió que adoptaría políticas para que el producto interno bruto del país, actualmente en recesión técnica, vuelva a crecer en torno a un 3 % anual.
Entre las medidas, están la de aumentar la inversión en obras públicas, una fórmula comúnmente empleada por su formación, el Partido Liberal Demócrata, que dominó de manera casi ininterrumpida durante más de medio siglo la política japonesa hasta el año 2009.
Abe también aboga porque el Banco de Japón (BOJ) adopte políticas de flexibilización monetaria más agresivas y eleve su objetivo inflacionista a corto plazo (hoy en el 1 %) hasta el 2 % para combatir la deflación endémica y lograr que el yen se abarate, lo que favorece a los grandes exportadores nipones.
El político incluso ha amenazado con revisar la ley que regula la entidad emisora para lograr que se apruebe dicho objetivo inflacionista si la junta de política monetaria del BOJ no decide elevarlo al término de su próxima reunión, prevista para los días 21 y 22 de enero.
La presión parece haber surtido efecto en los mercados de divisas, donde en últimos días el euro y el dólar se han cambiado en sus mayores niveles en más de un año con respecto al yen.