La operación, liderada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), tiene por objetivo evacuar a los trabajadores migrantes, muchos de ellos egipcios, hacia Egipto, indicó el secretario de Estado británico para el Desarrollo Internacional, Andrew Mitchell.
“La situación en Misrata se deterioró seriamente estos últimos días. Cinco mil trabajadores extranjeros pobres están bloqueados en un muelle. Hay explosiones a unos 300 metros de donde se encuentran”, dijo a la
Mitchell anunció , igualmente, que Gran Bretaña financiaría más misiones de asistencia para otras ciudades del oeste de Libia.
En Misrata, ciudad del litoral a 200 km al este de Trípoli, el mar es la única ruta hacia el exterior, y es por ella que la OIM, principalmente, evacua a los migrantes: 1.000 fueron socorridos el lunes, 1.200 el viernes.
Jeremy Haslam, jefe de la misión de la OIM en el país, indicó temer un éxodo masivo de los 400.000 habitantes libios de la ciudad, una cifra muy superior a la capacidad logística del dispositivo montado por la OIM, Catar y Médicos Sin Fronteras (MSF).
En seis semanas, unas mil personas murieron en Misrata y 3.000 resultaron heridas, según fuentes médicas.
“El 80% de los muertos son civiles”, declaró el administrador del hospital de Misrata, el doctor Jaled Abú Falgha.
Este balance no pudo ser confirmado con otras fuentes. Según Human Rights Watch (HRW), que se basó en fuentes médicas en Misrata, para el 15 de abril 267 cuerpos fueron llevados a las morgues de la ciudad, pero “la cantidad de muertos es más elevada ya que algunas familias no llevaron los cuerpos de sus allegados a las morgues”.
El hospital registró un aumento de la cantidad de civiles heridos por balas de alta velocidad disparadas por francotiradores que producen heridas con secuelas a menudo irreversibles.
“Los batallones de Gadafi no frenaron los ataques en la región, sobre todo en Yefren y Nalut, con cohetes Grad. Hubo 110 muertos entre rebeldes y civiles en esas dos ciudades”, declaró un habitante de Yefren.
Un habitante de Nalut, cercana a la frontera con Túnez, indicó: “las fuerzas de Gadafi están perpetrando una masacre, y han dejado por lo menos 100 muertos en dos días”.
El sábado, unos 3.000 libios habían huido por las montañas del oeste hacia Túnez, indicó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Por su parte, la Organización de Naciones Unidas (ONU) anunció ayer que el Gobierno libio autorizó la presencia de equipos internacionales humanitarios en Trípoli y asegurará que accedan con total seguridad hasta la capital libia.
Ahora la ONU pretende tener acceso a Misrata para evaluar la situación y las necesidades que existen en la ciudad, según explicó el portavoz del organismo internacional, Farhan Haq.
El portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim, dijo que el acuerdo alcanzado el domingo con la ONU prevé el establecimiento de un corredor humanitario hasta Misrata, el único baluarte insurgente en el oeste de Libia, controlada por las fuerzas de Gadafi.
El secretario de ONU, Ban Ki-moon, advirtió que Libia vive una “grave crisis humana”. “Más de medio millón de personas han emigrado y varias decenas de miles no tienen aseguradas las condiciones mínimas” para vivir.