Mitt Romney, Ann Romney Republican presidential candidate, former Massachusetts Gov. Mitt Romney, and his wife Ann greet supporters as they arrive at their Super Tuesday primary rally in Boston, Tuesday, March 6, 2012. (AP Photo/Gerald Herbert) (Gerald Herbert)
Al cierre de esta edición, Mitt Romney amenazaba con llevarse el trofeo del influyente estado con un estrecho 37,7% de los votos sobre el 37,2% de Santorum.
Ambos candidatos obtuvieron la victoria en tres estados, aunque Romney mostraba una amplia ventaja sobre un posible cuarto trofeo: Idaho (75,7%) antes de ser declarado ganador.
El multimillonario y moderado Romney logró dominar en Virginia con el 59,5%, en Vermont con 40,5%, y en su natal Massachusetts con el 72,5%.
Los habitantes de Tennessee le dieron el apoyo al cristiano conservador Santorum con el 37,2% de preferencia, así como los sureños de Oklahoma, con un 33,8% y los de Dakota del Norte, quienes lo apoyaron en un 40,1%.
Newt Gingrich se aleja cada vez más de la contienda, pues solo logró la victoria en su natal Georgia, estado que más delegados concedía ayer (76), con un 46,2%.
Sin embargo, aclaró que continuará en la carrera republicana, a pesar de que la maquinaria del partido intenta frenarlo.
Ohio, con 66 delegados sobre la mesa, es uno de esos bastiones políticos que no pertenecen a nadie, considerado históricamente un estado de indecisos, que en cada elección cambia de color político.
Pero su influencia es tan grande que ningún candidato republicano ha logrado ser presidente sin imponerse antes allí.
“Sin duda ganar Ohio es el premio mayor y el más simbólico”, dijo el profesor en ciencias políticas de la Universidad de Emory, Alan Abramowitz.
“Pero este supermartes no será definitorio como lo fueron otros en el pasado”, agregó.
Ayer se jugaron unos 437 delegados sobre los 1.144 que necesita un precandidato para asegurarse la investidura del partido.
Si al cabo de las citas electorales, ningún candidato lograra obtener la cantidad suficiente de delegados, la convención de Florida deberá elegir a uno por consenso.
Los analistas políticos coinciden en que la carrera por la nominación republicana está lejos de terminar.
“Un nuevo gobierno de Barack Obama sería un desastre para nuestro país. Cada día que pasa con él en la Casa Blanca es un día en el que se retrasa la recuperación económica de Estados Unidos”, repitió Romney en Georgia.
El empresario mormón, líder frágil en la carrera republicana, intentó afianzarse repitiendo lo que ya había ganado en Florida y Michigan en el importante Ohio, donde invirtió más tiempo y dinero que en cualquier otro Estado.
Mientras tanto, Santorum se esforzó por captar el voto cristiano en el sureste estadounidense, defendiendo su oposición al aborto, a la cobertura obligatoria de los anticonceptivos y criticando el principio de la separación entre la iglesia y el estado.
Gingrich, por su parte, se enfocó en Georgia para darle un respiro a su débil campaña.