Recesión ha obligado a Francia a replantearse socios

El crecimiento de las naciones latinoamericanas, en medio de la recesión económica que vive Francia (y el resto de Europa), es el imán que ha atraído y convertido al subcontinente en una de las prioridades de la política externa francesa.

Latinoamérica –y Costa Rica en ella– son importantes focos de atención para la “diplomacia económica” del actual canciller Laurent Fabius en todo el mundo, puntualizó el embajador de Francia en Costa Rica , Jean-Baptiste Chauvin , de 56 años, durante una plática con La Nación .

¿Cuánto puede afectar las relaciones de Francia con Latinoamérica el hecho de que su país esté inmerso en la recesión?

La recesión que atraviesan Francia y Europa golpeó y está golpeando fuerte nuestras economías y sociedades porque hay un importante desempleo, entre los jóvenes, por ejemplo, y tenemos que actuar con medidas rigurosas. La crisis y la recesión que enfrentamos nos obligan a ver de una manera nueva a nuestros socios, incluyendo a Latinoamérica. Es necesario trabajar más con estos países y aumentar el intercambio de inversión y comercio.

Los planes que tienen con Latinoamérica ¿apuntan hacia más de inversión, de igual a igual, o más hacia la cooperación?

Ambas cosas. Con América Central, por ejemplo, se firmó el Acuerdo de Asociación entre el Istmo y la Unión Europea (UE) . Es importante por ser el primer acuerdo de región a región y porque es múltiple, ya que abarca cooperación, diálogo político y un acuerdo de libre comercio. Francia ve con mucho interés la entrada en vigor, prevista para el 1.° de agosto, de dicho convenio.

¿Y con Latinoamérica?

La política con América Latina la consideramos prioritaria dentro de nuestra política exterior por varias razones. Primero, son países que tienen crecimiento fuerte y donde vemos posibilidades para nuestras empresas y para mejorar en comercio exterior. Segundo, son naciones que pesan en el mundo, en el G-20, en muchos organismos internacionales, y con ellos podemos entablar un diálogo importante y fructífero en áreas como medio ambiente, derechos humanos y crecimiento económico. Vemos a Latinoamérica como un socio y queremos mantener un diálogo abierto con todos los países de esta región.

¿Cuáles son las áreas a las Francia les está dando énfasis con respecto a Costa Rica?

Costa Rica es un socio importante en varios niveles. Somos amigos, muchas veces estamos en la misma línea de pensamiento y accionar con asuntos como el cambio climático y los derechos humanos. Ejemplo de lo anterior es la pena de muerte. En el Consejo de Derechos Humanos hemos trabajado mano a mano para lograr un debate sobre la pena de muerte, el cual tendrá lugar en 2014.

”En cuanto a temas más específicos, estamos muy interesados en los proyectos de desarrollo urbano y uno de ellos es el transporte público ferroviario y el tranvía. Otro asunto que nos llama la atención tiene que ver con proyectos de tratamiento de aguas negras. Hemos llevado a cabo varios estudios de factibilidad por solicitud de las autoridades costarricenses y estamos listos para competir en licitaciones más adelante. Además, está la cooperación, como socios, en lo referido a aumentar el intercambio de estudiantes de ambas naciones.

”Además, trabajamos en cooperación universitaria mediante acuerdos entre casas de estudio de ambas naciones. También desarrollamos el área de la investigación, con una presencia importante en Costa Rica del Cirad (Centro Internacional para la Investigación en Desarrollo Agrícola, institución francesa), con 14 expertos. En este momento se está trabajando el tema de la roya del café”.

América Latina se ha convertido en un terreno muy apetecido por China, que impulsa una agresiva política comercial. Inclusive, la primera gira al exterior del presidente Xi Jinping es a este subcontinente y a Costa Rica. ¿Cómo observan en París este interés de Pekín?

Observamos con mucho interés los intercambios de Costa Rica con socios importantes, incluyendo la visita a Costa Rica del presidente Enrique Peña Nieto (México), Barack Obama (Estados Unidos) y ahora de Xi Jinping (China).

”Estos acercamientos ponen de relieve el papel que puede tener Costa Rica en su entorno. En cuanto a China, Costa Rica fue el primer país de Centroamérica en entablar relaciones diplomáticas con el gigante asiático (el 1.° de junio del 2007) y la visita de su líder debe ubicarse dentro de este contexto político específico”.

¿Cree usted que la relación de Francia con América Latina se deterioró por el secuestro de Íngrid Betancourt (en el 2002) en Colombia y por el caso de Florence Cassez (en el 2005) en México?

No hubo ningún deterioro a raíz de estos problemas, que realmente son del pasado.

¿Ni un alejamiento?

Alejamiento sí hubo, pero fue tal vez por falta de proactividad por parte de Francia hacia Latinoamérica. Tal vez en algún momento los asuntos cercanos de Francia como la construcción europea, las crisis en el Oriente Medio y la situación en África nos alejaron de nuestras prioridades como respecto a Latinoamérica. Entonces, tal vez hubo un descuido, pero no un deterioro.

¿Fue tomado por sorpresa el Gobierno por la reacción tan conservadora y violenta de un importante sector de la población (en un país de tradición liberal), en cuanto al proyecto de ley de matrimonio y adopción por parte de parejas del mismo sexo?

Yo no diría eso. Se dio un importante debate porque es un tema social. El asunto se discutió en familia, entre la ciudadanía y en el Parlamento, donde se habló durante muchas horas sobre los detalles y alcances de dicha ley.

”Ahora somos el país número 14 en haber legalizado el matrimonio entre dos personas del mismo sexo (el pasado 18 de mayo). Si bien este tema no es una novedad, sí hubo un debate más amplio y muchas manifestaciones en la calle. De hecho, hoy (miércoles) es el primer matrimonio entre dos personas del mismo sexo, en la ciudad de Montpellier, ‘la ciudad abierta’.

”Creo que no nos tomó por sorpresa porque sabemos que en Francia, en temas de sociedad, se da mucho debate. Lo mismo sucedió cuando se aprobó el aborto en 1974 y cuando el presidente François Mitterrand decidió abolir la pena de muerte en 1981”.