Primer ministro de Irak anuncia dimisión empujado por protestas

Represión el jueves mató a 40 personas; el líder chiita, ayatolá Alí al-Sistani, había pedido al Parlamento considerar posible destitución del jefe del Gobierno

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Bagdad. El primer ministro iraquí anunció el viernes que presentará su renuncia al Parlamento, un día después de que las fuerzas de seguridad mataron a más de 40 personas y de que el principal clérigo chií exhortara a los legisladores para que le retiren su apoyo.

Ante el anuncio de Adel Abdul-Mahdi, quien asumió el cargo hace 13 meses, estallaron los festejos de los manifestantes contra el gobierno que acampaban en la plaza Tahrir de Bagdad desde hace dos meses. Jóvenes de ambos sexos prorrumpieron en cánticos y danzas al llegar la noticia del anuncio a la explanada más grande de la capital.

Abdul-Mahdi dijo en un comunicado que había "escuchado con gran preocupación" el sermón del gran ayatolá Alí al-Sistani y que tomó su decisión en respuesta a ese llamado para "facilitar y acelerar su cumplimiento lo antes posible".

"Presentaré al Parlamento un memorando oficial de renuncia como primer ministro para que el Parlamento pueda revisar sus opciones". Abdul-Mahdi asumió como candidato de consenso entre los bloques políticos.

Estados Unidos, que mantiene estrechos vínculos con Bagdad después de haber invadido Irak en el 2003 para derrocar al gobierno de Sadam Husein, llamó a los dirigentes del país a que atiendan las “demandas legítimas” de los manifestantes, incluyendo las denuncias de corrupción.

“Nosotros compartimos las preocupaciones legítimas de los manifestantes”, expuso una vocera del Departamento de Estado. “Seguimos instando al gobierno de Irak a que encamine las reformas demandadas por el pueblo, incluyendo aquellas referidas al desempleo, la corrupción y la reforma electoral”, agregó la funcionaria.

Por su parte, al-Sistani afirmó durante su sermón semanal desde la ciudad santa de Najaf que el Parlamento que eligió al gobierno de Abdul-Mahdi, debería “reconsiderar sus opciones”.

“Pedimos a la Cámara de Representantes, de la cual surgió este gobierno, que reconsidere sus opciones al respecto”, expresó el clérigo en el comunicado.

En principio no estaba claro si la renuncia de Abdul-Mahdi apaciguaría a los manifestantes, que piden el retiro de toda la clase política que gobierna Irak desde la caída de Sadam Husein en el 2003.

Casi 400 personas han muerto en la cruenta represión de las protestas desde el 1.° de octubre. En su mayoría son jóvenes ultimados a tiros o por la explosión de las granadas de gas lacrimógeno lanzadas por las fuerzas de seguridad.

Cuarenta manifestantes murieron el jueves por disparos de las fuerzas de seguridad en la capital, Bagdad y en las ciudades de Najaf y Nasiriya, en el sur del país el jueves. La radicalización de la violencia continuaba el viernes.

Las fuerzas de seguridad mataron a tres personas e hirieron a otras ocho en Nasiriyah cuando los manifestantes intentaron entrar a la ciudad para reanudar una sentada, explicaron funcionarios de seguridad y hospitalarios. Las fuerzas de seguridad dispararon fueron real en la víspera para dispersar a los inconformes que ocupaban dos puentes clave, matando a 31 personas.

Al-Sistani manifestó también que los manifestantes deben diferenciarse entre pacíficos y aquellos con intenciones malignas de apropiarse de su movimiento, luego de la quema de un edificio del consulado iraní en Najaf el miércoles. Según las autoridades, el incendio fue perpetrado por saboteadores ajenos a quienes se manifiestan de forma pacífica.

Tras el sermón, Qais al-Khazali, líder de una milicia respaldada por Irán, tuiteó: "Estoy a sus órdenes como su seguidor y estoy listo para apoyarlo".

El partido islámico Dawa pidió al Parlamento que se reúna de inmediato y elija un gobierno alternativo, según un comunicado.