La crítica situación de Nicaragua con el régimen de Daniel Ortega, así como la separación de poderes en países como El Salvador y Guatemala son algunas de las preocupaciones latentes de la Unión Europea en Centroamérica, según comentó el Director Adjunto de Gestión para las Américas en el Servicio Europeo de Acción Exterior, Javier Niño Pérez.
En entrevista con La Nación, el diplomático afirmó de que “ven con cierta preocupación” a algunos gobiernos del istmo, debido a que “no van en la línea más deseable”, en relación con los principios democráticos que comparte la UE, debido a las acciones tomadas por estos gobernantes, que impiden “avanzar en el sistema de integración política” de la región.
“Esos dos países (Guatemala y El Salvador), además de Nicaragua, son temas en los que queremos trabajar con los gobiernos locales para intentar incidir o insistir en la necesidad de preservar los principios democráticos que son los que luego llevan a la prosperidad económica”, aseguró el funcionario europeo.
En el caso concreto de Nicaragua, resaltó de que “la violación de los principios democráticos y los derechos humanos en el país es flagrante”. El diplomático manifestó de que han evaluado sanciones comerciales contra el régimen, pero remarcó que las exportaciones del país en la UE representan solo el 9%, por lo que no tendrían un impacto dramático y significativo.
Además, aseguró de que han tomado medidas con sanciones particulares, con al menos 21 personas y tres entidades nicaragüenses que ya fueron castigadas por la UE. Sin embargo, el funcionario enfatizó en que no pueden cerrar la puerta al diálogo, a pesar de las dificultades para establecerlo.
“Precisamente con Nicaragua nos es difícil crear este diálogo porque las autoridades del país son muy cerradas para abordar cualquier tipo de mecanismos o de procesos de discusión con la UE”, expresó. Al mismo tiempo, instó a los líderes de izquierda de la región para que jueguen un papel positivo a la hora de convencer a países como este para convencerlos de que hay que ir hacia las reformas democráticas y hacia modelos económicos más racionales que beneficien al istmo.
“Constatamos que estos nuevos liderazgos de izquierda son muy distintos a los de décadas anteriores. El ejemplo de Boric es muy paradigmático con un compromiso muy claro de derechos humanos, de democratización, con pronunciamientos públicos admirables con países como Nicaragua y Venezuela”, aseveró.
Niño consideró prematuro emitir un criterio en relación con la situación de Honduras, ya que es muy pronto para evaluar las políticas de la recién electa Xiomara Castro, quien se convirtió en la primera mujer en ocupar la presidencia del país centroamericano. Aunque resaltó que, por el momento, las decisiones políticas y declaraciones públicas le han parecido sensatas.
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El Director Adjunto de Gestión para las Américas en el Servicio Europeo de Acción Exterior de la Unión Europea, Javier Niño Pérez, visitó Costa Rica la semana anterior. (Ferlin Fuentes)
En relación con Costa Rica y Panamá, el representante europeo destacó el papel de la Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD), que integra a las tres economías (Costa Rica, Panamá y República Dominicana) más estables de la región con el respaldo del Gobierno de Estados Unidos como aliado estratégico.
Este espacio “puede servir de faro para otros países”, dijo, ya que tiene como principales objetivos establecer acuerdos en ejes como la democracia, derechos humanos y libertades individuales; migración y refugio; así como sostenibilidad, medio ambiente y cambio climático; entre otros.
Crisis política
Estas decisiones políticas han desestabilizado en general a la región de Latinoamérica y el Caribe en términos democráticos. En el más reciente Índice de Democracia del año 2021 publicado por la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist, se registró una caída en el puntaje regional promedio de Latinoamérica por sexto año consecutivo, de 6,09 en el 2020 a 5,83 en el 2021.
Esta disminución no solo es la más pronunciada de cualquier región del mundo, sino que fue la mayor registrada desde que se empezó a publicar el índice en el 2006. Este análisis contempla factores como el proceso electoral, el pluralismo, así como el funcionamiento del gobierno, la participación política, cultura política y libertades civiles.
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El informe pondera el puntaje de 0 a 10 de acuerdo con los factores mencionados y asigna categorías a los diferentes países. Por ejemplo, las notas que van entre 4 y 6 reciben el calificativo de “régimen híbrido”, donde se encuentran Honduras, El Salvador y Guatemala, y las menores a 4 son llamadas “autoritarias”, como es el caso de Nicaragua.
En Centroamérica solamente Costa Rica se considera una “democracia plena”, y Panamá una “democracia defectuosa”, de acuerdo al estudio. Nuestro país cuenta la tercera democracia más sólida de todo el continente americano, después de las de Canadá y Uruguay.
Según el análisis, “en la región existe una desafección pública con el manejo de la pandemia del covid-19, que amplificó una tendencia preexistente de creciente escepticismo sobre la capacidad de los gobiernos democráticos para abordar los problemas de la región, lo cual alimentó una creciente tolerancia hacia gobiernos con tintes autoritarios”.
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Representante de la UE en las Américas criticó la situación que se vive en Nicaragua con el régimen de Daniel Ortega, en el poder desde el 2007. (CESAR PEREZ/AFP)
Elogios a Costa Rica
Javier Niño aprovechó su visita al país para elogiar el papel de Costa Rica en el campo medioambiental, y el gran impulso internacional en ese ámbito, así como las políticas migratorias para atender crisis de refugiados como la de Nicaragua.
“Costa Rica es una potencia en esta materia por los objetivos en temas de emisiones, descarbonización, economía circular y los avances que se han hecho en temas como el hidrógeno verde, son objetivos tan ambiciosos como los de la UE”, afirmó. Niño añadió de que, al igual que Costa Rica, la UE pretende avanzar en el proceso de descarbonización y energías renovables.
En relación con las políticas migratorias, el funcionario destacó el sistema de acogida de Costa Rica, al que calificó como “admirable”. “Estamos hablando de unos 500.000 migrantes y más de 100.000 refugiados, son cifras que no se ven en otro país del mundo. Además lo ha hecho bajo un modelo que respeta hasta donde es posible las libertades públicas, derechos humanos y acceso a servicios con gran eficacia”, dijo.
Según comentó, la UE espera que el próximo gobierno de Costa Rica “continúe avanzando en temas claves, como migración, medio ambiente y la reforma al sector público. Pero lo vemos con mucho más tranquilidad que procesos en otro tipo de países que desgraciadamente no tienen la solidez democrática que tiene este país”, apuntó el diplomático.