Rajoy se despide de la presidencia del Partido Popular de España, que ahora busca nueva dirección

Reunificar al partido, dividido por luchas de poder y golpeado por escándalos de corrupción, es uno de los retos que esperan a quien ejerza el nuevo liderazgo.

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Madrid. El expresidente del Gobierno español Mariano Rajoy juró lealtad el viernes al Partido Popular en una emotiva despedida en momentos en que su organización busca recuperar el poder.

El veterano político de 63 años perdió una votación parlamentaria el mes pasado ante su oponente del Partido Socialista, Pedro Sánchez, tras una serie de condenas por corrupción a miembros del Partido Popular (PP), de centroderecha.

Ahora en la oposición, el PP inició este viernes un congreso de dos días para elegir a su nuevo dirigente entre Soraya Sáenz de Santamaría, de 47 años, quien fue vicepresidenta del Gobierno hasta junio, y el abogado Pablo Casado, de 37.

La votación y proclamación del vencedor tendrá lugar el sábado. Un total de 3.082 delegados, reunidos en Madrid, deberán designar al sucesor de Rajoy, presidente del PP desde 2004, que este viernes se despidió en un discurso muy aplaudido por sus compañeros.

El ganador enfrenta el doble reto de reunificar un partido dividido a causa de una enconada lucha por la conducción y recuperar su prestigio, mellado por los escándalos. Todo esto teniendo como telón de fondo el surgimiento de partidos nuevos, de derecha e izquierda, que ha significado el fin del bipartidismo tradicional.

Rajoy, que ha dirigido el partido durante 14 años, anunció su compromiso de no interferir en la elección de su sucesor.

“Me aparto, pero no me voy”, declaró Rajoy ante un auditorio lleno. “Seré leal”, agregó.

En su emotivo discurso de 40 minutos y televisado, Rajoy, casi al borde de las lágrimas, defendió las medidas de austeridad adoptadas por su gobierno para sacar a la cuarta economía más grande de la eurozona de su peor crisis en décadas.

También señaló que a pesar de las dificultades, su gobierno manejó correctamente el desafío de los separatistas catalanes que pretendían la independencia de Cataluña en el norte de España y que después devino en una crisis política a finales del año pasado. También se enorgulleció de “derrotar” al grupo separatista ETA, que por décadas había luchado por la independencia vasca.

En 2017, Rajoy se convirtió en el primer presidente del Gobierno español que compareció como testigo debido a actos de corrupción atribuidos a su partido.

En un fallo en mayo pasado, un tribunal multó al PP por sacar provecho de una trama en la que se otorgaron contratos a cambio de sobornos. Debido a esta coyuntura, la oposición encabezada por Sánchez solicitó y ganó un voto de censura contar Rajoy.

Sánchez, el nuevo presidente del Gobierno español, intenta impulsar una agenda socialista para revertir algunas de las políticas conservadoras de su predecesor. Sin embargo, eso no será fácil porque Sánchez tiene apenas 84 de las 350 bancas de la cámara baja, y el Partido Popular, 134.