
Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, quiere volver a la normalidad tras el paréntesis del coronavirus con la organización de un referendo constitucional, previsto para el 1.° de julio.
“Volvemos a la vida normal”, dijo el lunes al anunciar el calendario del voto popular sobre las enmiendas a la Constitución, que le darán la posibilidad de quedarse en el poder hasta el 2036, cuando cumplirá 84 años.
Unos días antes, Putin ya ordenó la celebración -el 24 de junio- del desfile militar previsto el 9 de mayo para celebrar el 75.° aniversario de la victoria contra los nazis, pero la ceremonia fue aplazada por la pandemia viral.
Después de dos meses de crisis económica y sanitaria, “el Kremlin tiene prisa (...) quiere salir cuanto antes de este periodo difícil, olvidarlo y organizar al fin su desfile y su referendo”, manifestó Tatiana Stanovaia, del centro de análisis R. Politik.
La reforma constitucional, impulsada en enero por Putin y aprobada en marzo por el Parlamento, tendría que haber sido sometida a las urnas en abril, pero el coronavirus retrasó el proceso.
El gran proyecto
Según los analistas, Putin quiere relanzar su gran proyecto para el 2020 aprovechando lo que se considera una política de éxito contra la covid-2019, con muchos menos muertos que en Europa occidental.
El objetivo es que los rusos voten antes de una recesión anunciada de entre el 5% y el 6% este año, en un contexto de poder adquisitivo a la baja desde el 2014.
El Kremlin “eligió el mejor momento, cuando el entusiasmo será fuerte por la ‘victoria’ contra la covid-19 y el desfile” militar del 24 de junio, resaltó el politólogo Konstantín Kalachev.
“Putin no duda del resultado (...) pero quiere que la imagen (del referendo) sea la de una fiesta nacional, entusiasta. Para que la oposición no salga a la calle gritando falsificación”, dijo Stanovaia.
Rusia empezó el desconfinamiento con prudencia el 12 de mayo. Moscú, la capital, epicentro de la pandemia, volvió a abrir sus comercios el lunes, el día del anuncio de la fecha del referendo.
El país todavía registra entre 8.000 y 9.000 contagios diarios, y tiene acumulados más de 400.000.
Putin y las autoridades sanitarias afirman no estar preocupados porque “queda un mes para mejorar” las cosas.
Los opositores al Kremlin advirtieron del riesgo de poner en peligro la vida de la población. “En nombre de sus mandatos, Putin está dispuesto a arriesgar la vida y la salud de la gente”, sostuvo Liubov Sobol en Twitter, cercano al opositor Alexéi Navalni.
La comisión electoral aseguró que gracias a las mascarillas, los guantes, el voto a domicilio y la distancia de seguridad el riesgo sería mínimo.
Las autoridades rusas se enfrentarán sin embargo al "problema de legitimar los resultados" del voto, apunta Kalachev.
Según él si el porcentaje de síes es demasiado alto "nadie lo creerá y empezarán las protestas".
Según un estudio de opinión publicado el martes por el instituto independiente Levada, solo dos rusos de cada tres están seguros de ir a las urnas y entre ellos solo el 44% están a favor de la reforma (el 32% en contra).
La revisión constitucional contiene reformas populares en Rusia, como la instauración de un salario mínimo, la indexación de las pensiones y la definición del matrimonio como una unión heterosexual.