Hong Kong. Nuevos enfrentamientos, huelga general y el bloqueo del metro sumieron este lunes a Hong Kong en el caos, mientras que las autoridades acusan a los manifestantes de querer “destruir” al territorio semiautónomo y la vida de sus habitantes.
En la tarde, los policías lanzaron gases lacrimógenos en varias zonas de la megalópolis contra manifestantes enardecidos en el marco de la huelga general, un acontecimiento muy raro en la excolonia británica.
La megalópolis, que atraviesa su mayor crisis política desde su retrocesión a China en 1997, ya vivió en los dos últimos meses otras jornadas de manifestaciones masivas que desembocaron en confrontaciones entre efectivos antimotines y grupos radicales.
Tras enfrentamientos durante todo el fin de semana, los opositores se dirigieron a varias estaciones clave de la red del metro para bloquear las puertas de los vagones y evitar que los trenes marchasen.
Esta acción relámpago paralizó durante horas una red que normalmente marcha con una eficacia extraordinaria.
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“Grandes acciones en nombre de ciertas demandas (...) han minado seriamente la ley y el orden de Hong Kong, y están empujando a nuestra ciudad, que todos amamos, al borde de una situación muy peligrosa”, señaló la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, en su primera conferencia de prensa en dos semanas.
Haciendo referencia a eslóganes revolucionarios, Carrie Lam presentó la protesta como un atentado a la existencia de Hong Kong.
“Yo diría que (los manifestantes) están tratando de derribar Hong Kong, de destruir por completo la vida de más de siete millones de personas”, afirmó Lam ante periodistas, afirmando que “el gobierno será enérgico en el mantenimiento de la ley y el orden en Hong Kong para restaurar la confianza”.
Por su lado, el gobierno chino anunció una conferencia de prensa para este martes.
Bajo el principio “Un país, dos sistemas”, Hong Kong disfruta hasta el 2047 de libertades desconocidas en el resto del país. Pero cada vez son más las voces que se alzan preocupadas porque Pekín ignore este acuerdo y aumente su control.
El lunes en la tarde, tuvieron lugar siete manifestaciones simultáneas, algo que constituye un desafío para las fuerzas del orden, que enfrentan una dura prueba desde hace dos meses, al tiempo que despiertan la cólera de los manifestantes. En cuatro lugares diferentes seguían lanzándose gases lacrimógenos, sobre todo cerca del parlamento local.
Repercusiones de las manifestaciones
Las autoridades anunciaron haber disparado más de un millar de granadas de gases lacrimógenos y 160 balas de goma desde el comienzo de las protestas, el 9 de junio, precisando que 420 personas han sido detenidas y 139 policías heridos hasta ahora.
Más de 160 vuelos fueron anulados en el aeropuerto de Hong Kong, uno de los más activos del mundo. Muchos de ellos de la compañía local Cathay Pacific.
La firma no dio justificaciones sobre estas anulaciones, pero representantes sindicales de la aerolínea confirmaron que algunos trabajadores apoyaban la huelga.
Varias arterias importantes de la ciudad fueron bloqueadas por los manifestantes. Asimismo, muchas tiendas no abrieron.
El bloqueo del transporte público dio lugar a gritos y empujones entre manifestantes y usuarios enojados.
Además, circulan en las redes sociales videos de escenas de tensión, una de las cuales, autentificada por la AFP, mostraba a un automovilista forzando una barrera.
Muchos hongkoneses apoyan la movilización que nació junio en rechazo a un proyecto de ley que permitiría las extradiciones hacia China.
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El texto fue suspendido, pero el movimiento ha ampliado sus reivindicaciones en materia de democracia y la denuncia de un retroceso de las libertades en Hong Kong.
"Mientras el gobierno no responda, es evidente que el movimiento aumentará", manifestó un empleado público, que se identificó como Leung, cuando intentaba encontrar transporte para ir a trabajar.
Algo rarísimo en este templo de las finanzas internacionales –donde los sindicatos tienen poca influencia–, la huelga general tiene como objetivo demostrar a las autoridades chinas que, dos meses después del comienzo, la protesta sigue siendo popular.
"La huelga política parece hoy muy apoyada, lo que también es consecuencia de la escalada de violencia entre policía y manifestantes", declaró el analista político Dixon Wong.
Sin embargo, Lam, cuya renuncia exigen los manifestantes, sabe que cuenta con el apoyo de Pekín, y del Ejército Popular de Liberación (EPL), que propuso la semana pasada sus servicios para restablecer el orden.