El presidente haitiano, Jovenel Moïse, dijo el martes que sería “irresponsable" decidir su renuncia, presionado por las grandes manifestaciones que se han multiplicado desde finales de agosto en todo el país para exigir su salida del cargo.
“Sería irresponsable de mi parte si hoy me levantara, sacara una carta de renuncia, la firmara y dejara el país así", dijo Jovenel Moïse en una conferencia de prensa el martes en el Palacio Nacional, en la capital Puerto Príncipe.
Desde el comienzo de la ola de protestas a fines de agosto, el jefe de estado haitiano apenas se había expresado en un discurso pregrabado, transmitido en la televisión estatal el 25 de septiembre durante la madrugada local.
El martes, el jefe de Estado haitiano reconoció su parte de responsabilidad en la crisis política actual, pero culpó especialmente al "sistema" como responsable de las dificultades de desarrollo del país.
"El sistema tiene sus guardianes, sus herederos y sus víctimas. (...) El sistema es una serpiente de múltiples cabezas que se regenera en las transiciones", dijo Moïse refiriéndose a los regímenes de transiciones que siguieron a la caída del dictador Jean-Claude Duvalier en 1986 y al presidente Jean-Bertrand Aristide en 2004.
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Después de casi una hora de contacto con los periodistas, el jefe de Estado haitiano se negó a nombrar a quienes considera “guardianes del sistema” repitiendo de manera contundente: “sigan mis ojos y sabrán a quién le hablo”.
Moïse volvió este martes a ofrecer una instancia de diálogo, algo que ya ha recibido múltiples negativas de varios partidos de oposición y organizaciones civiles que trabajan en un plan de transición.
La ira popular contra el presidente, expresada principalmente por los opositores más radicales desde que asumió el cargo en febrero de 2017, aumentó sin embargo a fines de agosto tras una escasez generalizada de combustible en todo el país.
Eso llevó a la paralización de buena parte del país y a protestas en todo su territorio, con el levantamiento de barricadas y choques con la policía.
Poco antes del pronunciamiento de Moïse, grupos de jóvenes expresaban su cólera y volvían a bloquear vías de tránsito con nuevas barricadas en distintos barrios, principalmente los más pobres. Los manifestantes solicitaban sobre todo la renuncia del presidente.