Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaba este lunes de regreso en Washington tras una histórica visita a suelo norcoreano, pero sus opositores miran con escepticismo su acercamiento a Pionyang, acusándolo de normalizar el hecho de que posea armas nucleares.
En lo que muchos ven como diplomacia para la televisión -que entusiasma a Trump, expresentador de un reality show-, el mandatario se encontró el domingo con el líder de Corea del Norte, Kim Jong un, en la Zona Desmilitarizada, la famosa “DMZ” que divide desde 1953 la península de Corea.
Trump, el primer mandatario de Estados Unidos en ingresar a Corea del Norte, dijo que era un “honor” cruzar la línea divisoria, mientras los medios estatales de Pionyang calificaron la jornada como “asombrosa”.
Señaló que él y Kim acordaron iniciar conversaciones de trabajo sobre un acuerdo de desnuclearización, luego de que la segunda cumbre entre los dos líderes, realizada en Hanói a fines de febrero, terminó sin un acuerdo.
Al regresar a Washington, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, informó de que las conversaciones comenzarán “probablemente a mediados de mes”.
Funcionarios estadounidenses han señalado que quieren bases más firmes antes de otra cumbre, aunque reconocen que sus pares norcoreanos de nivel medio tienen poco espacio para negociar sobre el preciado programa nuclear de Kim.
Un informe del diario The New York Times, de fuente anónima, dijo que el gobierno de Trump estaba considerando un acuerdo que congelaría, pero no desmantelaría, el programa nuclear de Corea del Norte, aceptándolo como un Estado nuclear y reconociendo que no avanzará más.
Un acuerdo así estaría en contradicción con la “desnuclearización final y completamente verificada de Corea del Norte” que propugna Pompeo, y supondría mucho menos que el acuerdo nuclear que el expresidente Barack Obama alcanzó con Irán, del cual Trump se retiró llamándolo “terrible”.
John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Trump, negó el reporte del Times y dijo que ni él ni su equipo habían oído habar nunca de la idea de conformarse con una “congelación” del programa nuclear.
I read this NYT story with curiosity. Neither the NSC staff nor I have discussed or heard of any desire to “settle for a nuclear freeze by NK.” This was a reprehensible attempt by someone to box in the President. There should be consequences. https://t.co/TTRPQkksza
— John Bolton (@AmbJohnBolton) July 1, 2019
“Este fue un intento reprensible de alguien de encasillar al presidente. Debería haber consecuencias”, señaló en Twitter.
Kim marca la cancha
Pero los opositores de Trump dijeron que el presidente estaba gastando un precioso capital diplomático con el mero hecho de reunirse con Kim en sus propios términos y además invitarlo a la Casa Blanca.
Grupos defensores de derechos humanos aseguran que el régimen de Corea del Norte tiene a decenas de miles de presos políticos detenidos en campos de trabajo.
“Seamos claros. Trump no está negociando con Corea del Norte. Está normalizando a Corea del Norte”, opinó el senador demócrata Chris Murphy.
Varios precandidatos presidenciales demócratas que esperan derrotar a Trump el próximo año también criticaron duramente sus habilidades diplomáticas.
“Nuestro presidente no debe desperdiciar la influencia estadounidense en las fotos e intercambiar cartas de amor con un dictador despiadado”, manifestó la senadora Elizabeth Warren, en alusión a una reciente tarjeta de cumpleaños enviada por Kim a Trump, que el jefe de la Casa Blanca divulgó con entusiasmo.
“En cambio, deberíamos estar tratando con Corea del Norte a través de una diplomacia basada en principios que promueva la seguridad de Estados Unidos, defienda a nuestros aliados y defienda los derechos humanos”, añadió Warren.
La senadora Kamala Harris, también aspirante demócrata a la Presidencia, expresó que Trump “debería tomar en serio la amenaza nuclear de Corea del Norte y sus crímenes contra la humanidad”.
“Esto no es una sesión de fotos. Nuestra seguridad y nuestros valores están en juego”, declaró.
Los legisladores del Partido Republicano (gobernante) elogiaron a Trump por mostrar liderazgo, aunque antes se habían mostrado preocupados de un acuerdo precipitado con Kim en Hanói.
Ausencia de Bolton
Bolton, conocido por sus políticas de línea dura, estuvo llamativamente ausente en la cita en la DMZ.
Mientras Trump le daba la mano a Kim, Bolton fue a Mongolia, donde se lo vio con el presidente Jaltma Battulga junto a un cuadro con una mandala budista.
El experto en política exterior Richard Haass, presidente del grupo de estudios Council on Foreign Relations, señaló que la ausencia de Bolton y sus comentarios posteriores indicaron una “división significativa” en la administración de Trump en lo que respecta a un acuerdo final con Corea del Norte.
En Hanói, Pompeo y Bolton alentaron a Trump a no aceptar las demandas de Kim de una reducción de las sanciones sin pruebas de un mayor progreso en la desnuclearización.
Pero funcionarios estadounidenses dicen que hay pasos que Washington puede dar para aliviar las sanciones mientras avanzan las conversaciones, como el envío de ayuda humanitaria a la empobrecida Corea del Norte y el establecimiento de una presencia diplomática en las capitales de ambos países.