Negociaciones para un nuevo gobierno en Irak bajo presión de los manifestantes

Partidos políticos mantienen reuniones para conformar el próximo ejecutivo

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Bagdad. Los políticos negocian la formación de un nuevo gobierno en Irak bajo la presión de los manifestantes, que continúan reclamando derribar el conjunto del sistema actual.

Antes incluso de que el Parlamento acepte formalmente la dimisión del primer ministro Adel Abdel Mahdi y de su gabinete, el domingo, los partidos políticos ya empezaron a reunirse en una serie de encuentros que “continúan”, según declaró este lunes un responsable político de alto rango.

Con el Parlamento más heterogéneo de la historia reciente de Irak, la formación de un ejecutivo será un delicado ejercicio de equilibrios, como ya lo fue hace 13 meses, cuando Abdel Mahdi se puso al frente del gobierno.

Sin embargo, esta vez, habrá que convencer a más partes, empezando por Irán, un país cuya influencia no deja de crecer y que “no cederá fácilmente”, según Harith Hasan, especialista en Irak.

También serán claves el gran ayatolá Alí Sistani, figura tutelar de la política iraquí que precipitó la caída de Abdel Mahdi, y la comunidad internacional, que denuncia la represión y la ausencia de reformas frente a unas manifestaciones que dejaron, de momento, 420 muertos.

Por último, habrá que convencer a la calle, intransigente hasta la fecha.

Exigencias firmes

Tras dos meses de este movimiento social espontáneo, "las manifestaciones pesan más que las interferencias extranjeras", apuntó el responsable político, que pidió que no se revelara su identidad.

Las exigencias de la población no han dejado de aumentar en las últimas semanas. Los manifestantes, que siguen ocupando las plazas de Bagdad y de varias ciudades del sur, reclaman una refundación del sistema político instaurado por Estados Unidos tras el derrocamiento de Sadam Husein en el 2003.

Quieren una renovación total de la clase política, que desvió en actos de corrupción el equivalente al doble del PIB de uno de los países más ricos en recursos petroleros del mundo.

Frente a ellos, la oposición –liderada, por un lado, por el chiita Moqtda Sadr y, por otro, por el ex primer ministro Haider al Abadi– se niega a participar en las negociaciones.

Según explicó Hasan, la oposición es consciente de las altas expectativas de la población y de que "es difícil contentar a la calle". "No quieren enfrentarse a más ira y más rechazo", mientras que la clase política, que no ha cambiado en 16 años, "no sabe salirse de sus esquemas tradicionales".

Transición breve

“El mejor escenario sería un gobierno de transición que instaure un nuevo marco legislativo para las próximas elecciones”, afirmó el experto en Irak a la AFP.

Quien se ponga al frente "no necesitará ser un veterano de la política sino alguien que pueda llevar a cabo esta tarea y, seguramente, prometer que no se presentará a esas elecciones", añadió Harith Hasan.

Un alto responsable se expresó en el mismo sentido. “La transición no puede durar más de seis meses”, señaló a la AFP, también pidiendo el anonimato. Quien la lleve a cabo “será un actor secundario de la política (...) aunque no un novato”, pues los grandes nombres cuentan con el rechazo de la población.

Por su parte, los manifestantes siguen ocupando las calles de Bagdad, Diwaniya, Al Hilla, Kut o Nayaf, donde el miércoles fue incendiado el consulado iraní.

En esa ciudad, se registraron enfrentamientos el domingo hasta bien entrada la noche, con varios hombres vestidos de civil disparando contra unos manifestantes que prendieron fuego a parte de un mausoleo.

En Nasiriya, de donde es oriundo Abdel Mahdi, los manifestantes siguen acampados en el centro de la ciudad pese a la violencia de los últimos días, reclamando la “caída del régimen”.