Líderes de movimiento prodemocracia declarados culpables en Hong Kong

Nueve dirigentes de la llamada ‘revolución de los paraguas’ se exponen hasta siete años de cárcel

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Hong Kong. Dirigentes del movimiento prodemocracia de Hong Kong fueron declarados culpables este martes de “alteración del orden público” y son pasibles de penas de hasta siete años de cárcel por las manifestaciones de la “revolución de los paraguas” en el 2014 en la excolonia británica.

El juicio fue denunciado por los defensores de los derechos humanos que se inquietan por las libertades de la ciudad que el Reino Unido regresó a China en 1997.

Tres veteranos dirigentes y seis coacusados fueron declarados culpables y pueden ir a la cárcel por haber participado en las manifestaciones que pedían al poder central reformas políticas y más democracia, en la bautizada “revolución de los paraguas” en el otoño del 2014.

Chan Kin-man, 60 años, profesor de Sociología; Benny Tai, 54 años, profesor de Derecho, y Chu Yiu-ming, 75 años, pastor bautista, fundadores en el 2013 del movimiento “Occupy Central”, fueron hallados culpables de conspiración.

Tai y Chan también fueron responsabilizados de “incitación al desorden público”.

Los tres son pasibles de penas de hasta siete años de cárcel. El juicio continúa con los alegatos de las partes y las sentencias se conocerán en los próximos días.

El objetivo de “Occupy Central” era bloquear el barrio financiero de Hong Kong para exigir la elección del presidente del gobierno local por sufragio universal. El cargo lo designa un comité favorable a Pekín.

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Los dirigentes fueron desbordados por la juventud y el movimiento estudiantil.

En el otoño del 2014 la Policía reprimió la manifestación disparando gases lacrimógenos.

Los estudiantes se protegieron con paraguas, que se convirtieron en el símbolo de la protesta.

La rebelión de los paraguas paralizó durante más de dos meses una de las capitales mundiales de la finanza.

Represión de disidentes

Tras el fin de la rebelión, varios militantes fueron juzgados y condenados.

Algunos purgan penas de cárcel, otros fueron despojados de sus derechos cívicos y otros expulsados del Parlamento. Algunos incluso prohibido presentarse a una elección.

El reverendo Chu declaró con emoción que el banquillo de los acusados representa "el púlpito más honorable de toda su carrera religiosa", y pidió a las autoridades a que no ignoren los deseos de libertades democráticas.

Los defensores de los derechos humanos denunciaron el juicio sobre la base de una ley confusa que amenaza la libertad de expresión en Hong Kong.

En virtud del principio “un país, dos sistemas”, que prevaleció en el retorno a China de la colonia, Hong Kong goza teóricamente de derechos que en China no existen, entre ellos la libertad de expresión.

Pero son muchos los que denuncian que el Gobierno chino toma el control de los asuntos de Hong Kong, y que las libertades retroceden.

Durante el juicio, en el otoño, la acusación había argumentado que las manifestaciones masivas "perjudicaron a los habitantes" afectados por el bloqueo de las calles.

El juez Johnny Chan estimó que las manifestaciones estaban excluidas del campo de aplicación de las leyes hongkonesas sobre la libertad de expresión. "El carácter insensato de las molestias era tal que el derecho importante y protegido de manifestar debe ceder", dijo. "Esos actos no están garantizados por la ley".