Jefe de junta militar de Sudán promete ‘eliminar de raíz’ el antiguo régimen

Abdel Fatah al Burhan, nombrado el viernes jefe del Consejo militar anunció una rápida transición a un poder civil.

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Jartum- El nuevo hombre fuerte de Sudán prometió el sábado “eliminar de raíz” el régimen de Omar al Bashir y anunció una serie de medidas como concesiones a los manifestantes, al estar presionado para hacer una rápida transición a un poder civil.

Abdel Fatah al Burhan, nombrado el viernes jefe del Consejo militar encargado de la transición tras la caída de Bashir, prometió "eliminar de raíz" el régimen, en un discurso a la nación transmitido por la televisión estatal.

Además anunció el levantamiento del toque de queda, la liberación de todos los manifestantes detenidos en las últimas semanas y se comprometió a hacer juzgar a quienes mataron participantes en las protestas.

Dos días después de que el ejército destituyera al presidente Omar al Bashir, sospechoso de genocidio en Darfur, y que dirigió Sudán con mano de hierro durante tres décadas, los acontecimientos avanzan a toda velocidad.

El viernes, la junta militar encargada de la transición reemplazó a su propio jefe, una decisión recibida con júbilo por los miles de sudaneses que permanecen movilizados delante el cuartel general del ejército en Jartum.

El sábado, dentro del aparato del Estado, fue el turno del temido servicio de inteligencia NISS: "El jefe del consejo militar de transición, Abdel Fatah al Burhan, aceptó la dimisión" de Salah Gosh, jefe del NISS, indicó la junta en un comunicado.

Gosh, que había retomado las riendas del NISS en 2018 tras una primera década al frente de los servicios de inteligencia hasta 2009, supervisó los últimos cuatro meses la represión de las manifestaciones.

Esta represión se tradujo en la detención de miles de manifestantes, responsables de la oposición y periodistas.

Varias decenas de personas han muerto desde el inicio del movimiento en diciembre.

El viernes, los miles de sudanes celebraron la dimisión de Awad Ibn Ouf, militar cercano a Al Bashir, que llevaba al frente de la junta militar en el poder apenas 24 horas.

Ibn Ouf fue reemplazado por Abdel Fatah al Burhan, inspector general de las fuerzas armadas, respetado dentro de la institución pero desconocido para el público.

A pesar de esto, la multitud seguía movilizada el sábado por la mañana ante el cuartel general

Por la mañana, los soldados levantaron barricadas que fueron colocadas en varias calles convergentes a su cuartel general, donde los manifestantes debaten con los militares o limpian el lugar, preparan comida o beben té o café, tras la séptima noche consecutiva ahí.

Los manifestantes mostraron su satisfacción ante el desarrollo de los acontecimientos.

"En dos días derrocamos a dos presidentes" y "lo logramos" eran algunas de las consignas que coreaban los manifestantes, enarbolando banderas sudanesas.

El viernes, los generales en el poder intentaron calmar a la comunidad internacional y a los manifestantes sobre sus intenciones, prometiendo devolver el país a un gobierno civil.

"El papel del consejo militar es proteger la seguridad y la estabilidad del país", había declarado el teniente general Omar Zinelabidin, miembro de la junta, ante los diplomáticos árabes y africanos.

“No es un golpe de Estado militar, sino una toma de posición a favor del pueblo”, agregó.

“Iniciaremos un diálogo con los partidos políticos para estudiar cómo gestionar Sudán . Habrá un gobierno civil y no intervendremos en su composición”, dijo.

La junta militar afirmó además que Al Bashir estaba detenido pero que no sería entregado al extranjero. La Corte Penal Internacional (CPI) tiene un pedido de captura del expresidente por crímenes de guerra y genocidio en la región de Darfur.

El sábado, el NCP (Congreso Nacional), partido del presidente derrocado, pidió la liberación de sus jefes, sin mencionar explícitamente el nombre de Bashir.

Los organizadores de la protesta exhortaron a los militares a "transferir el poder a un gobierno civil de transición".

El embajador de Sudán, Yasir Abdelsalam, intentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU disipar los temores.

La junta militar "se contentará con ser la garante de un gobierno civil", dijo.

Además añadió que el periodo de transición podría "reducirse en función de las evoluciones".

Entre las medidas decretadas el jueves por los militares figura el cierre de las fronteras terrestres hasta nueva orden y el alto el fuego en todo el país, especialmente en Darfur (oeste), donde un conflicto ha causado más de 300.000 muertos desde 2003 según la ONU.