Jartum. El derrocado presidente sudanés Omar al Bashir, que durante tres décadas ocupó el poder y dirigió el país con mano de hierro, compareció este lunes ante un tribunal de Jartum para empezar a ser juzgado por corrupción y posesión ilegal de divisas extranjeras.
Al Bashir, depuesto por el Ejército el 11 de abril en medio de masivas manifestaciones, llegó a la corte escoltado por un imponente convoy militar, según constató un periodista de la AFP.
Su juicio, que debía haberse iniciado el sábado, fue pospuesto y se produce en pleno suspense sobre la transición política hacia un poder civil en Sudán. El primer acto concreto de ese traspaso de poder, el nombramiento de los miembros de un Consejo soberano, fue aplazado al martes.
El expresidente, de 75 años, detenido en una prisión de Jartum, fue informado por el fiscal que se enfrenta a acusaciones de "posesión ilegal de divisas extranjeras, de corrupción" y por haber "recibido regalos ilegalmente".
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A fines de abril, el jefe del Consejo de Transición Militar, el general Abdel Fattah al Burhan, había afirmado que se había incautado el equivalente a $113 millones en diferentes divisas y en efectivo en la residencia de Al Bashir en Jartum.
Precisó que la Policía, el Ejército y los agentes de seguridad encontraron 7 millones de euros, $350.000 y 5.000 millones de libras sudanesas durante la requisa.
Dinero de Arabia Saudí
Bashir habría recibido además un total de $90 millones en efectivo de Arabia Saudí, según declaró este lunes ante el tribunal un alto responsable de la Policía sudanesa, Ahmed Ali.
Éste dijo que el propio expresidente le confió que $25 millones le fueron entregados por “enviados de Mohamed Bin Salman”, el príncipe heredero saudí.
Según el responsable policial, Al Bashir también reconoció haber recibido otros dos pagos de $35 millones y $30 millones del rey Abdalá de Arabia Saudí, fallecido en el 2015.
En esta primera jornada de juicio, el expresidente sudanés, ataviado con su tradicional atuendo blanco y mal afeitado, fue ubicado en una celda de metal. Sin embargo, Al Bashir lució tranquilo a lo largo de la audiencia, que se reanudará el 24 de agosto.
En mayo, el fiscal general declaró que Al Bashir había sido acusado de asesinatos cometidos durante las manifestaciones antirégimen que finalmente condujeron a su salida del poder, sin que se sepa cuándo deberá responder a esta acusación.
Las manifestaciones que estallaron el 19 de diciembre del 2018 por el aumento del precio del pan, desembocaron en protestas contra el gobierno militar y en una crisis política.
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Acusado por la CPI
Las protestas continuaron luego de la caída de Al Bashir para exigir una transferencia del poder a los civiles. Finalmente se llegó a un acuerdo firmado el sábado entre los generales en el poder y el movimiento de contestación.
Las acusaciones más graves contra Al Bashir, quien dirigió el país tras el golpe de Estado de 1989, son las de la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.
Según la ONU, en 16 años el conflicto ha causado más de 300.000 muertos y más de 2,5 millones de desplazados.
La CPI exige desde hace años que Al Bashir sea juzgado y renovó el llamado tras su derrocamiento.
En un comunicado publicado la semana pasada, Amnistía Internacional advirtió que el proceso por corrupción no debía desviar la atención de las acusaciones más fuertes que enfrenta en La Haya.