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La embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Nikki Haley, participó el viernes en el Consejo de Seguridad. (AFP)
Beirut
La embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Nikki Haley, estimó que el presidente sirio, Bashar al-Asad, no podía continuar en el poder tras el supuesto ataque químico que Estados Unidos le atribuyó antes de bombardear una base aérea del Ejército en Siria.
"No existe ninguna opción en la que pueda producirse una solución política con Asad a la cabeza del régimen", dijo Haley este domingo a la CNN.
Estas declaraciones muestran un posible cambio de perspectiva de la administración del presidente Donald Trump sobre Siria después del presunto ataque que causó el martes al menos 87 muertos, incluidos decenas de niños, en la localidad de Jan Sheijun.
Las imágenes de civiles con convulsiones bajo sus mascarillas de oxígeno y de personas que yacen en las calles provocaron un ola de conmoción en el mundo y desencadenaron las represalias estadounidenses tres días más tarde.
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"Viendo sus acciones, viendo la situación, será difícil ver un gobierno estable y pacífico con Asad", añadió Haley.
"Pensamos que un cambio de régimen es algo que debería producirse", manifestó, añadiendo; sin embargo, que Washington también se centra en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y en el final de la influencia iraní.
Lucha contra el EI
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, reafirmó igualmente que "la primera de las prioridades (para Estados Unidos en Siria) era la derrota del EI", según una entrevista en la CBS.
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El presidente, Donald Trump, y el secretario de Estado, Rex Tillerson (izq.), el viernes durante una reunión en Mar-a-Lago, Palm Beach. (AP)
"Una vez que la amenaza del EI haya sido reducida, incluso eliminada, creo que podremos dirigir nuestra atención directamente a la estabilización de la situación en Siria", declaró.
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El cambio de régimen en Damasco y la salida de Asad, que durante años fue un deseo reiterado por la administración Obama, no parecía ser una prioridad para el nuevo gobierno estadounidense.
No obstante, el ataque contra Jan Sheijun parece haber cambiado la situación ya que Estados Unidos bombardeó por primera vez una base aérea del Ejército sirio como represalia.
En tanto, Rusia e Irán, aliados del régimen sirio, amenazaron este domingo con represalias contra quienes "agredan" en el futuro a Damasco.
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"La agresión contra Siria sobrepasa todas las líneas rojas. A partir de ahora vamos a reaccionar con fuerza a cualquier agresión contra Siria y a cualquier violación de las líneas rojas, sin importar de dónde venga", advirtió en un comunicado la cámara que coordina la operación conjunta en Siria de Rusia, Irán y las fuerzas aliadas, como el Hezbolá libanés.
