San Salvador. La campaña electoral para las votaciones legislativas y municipales del próximo domingo concluyó este miércoles en El Salvador, por lo que desde las 00.00 horas del jueves (6:00 GMT) los partidos debían callar y dar paso a la reflexión de los votantes, más descontentos y desconfiados que nunca.
“Queda terminantemente prohibido para los partidos, candidatos, ciudadanos, medios de comunicación, asociaciones y fundaciones la difusión o publicación de cualquier tipo de mensaje de propaganda” política o gubernamental desde el 1.° de marzo, dijo el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en un comunicado.
Advirtió de que “el sujeto que contravenga dicha prohibición será sancionado conforme a la norma electoral”, que establece sanciones económicas y acciones penales, de acuerdo con la gravedad de la violación.
Los salvadoreños descansarán de la propaganda política, cargada de mensajes de continuidad de los programas sociales del gobierno desde la izquierda y de cambio de rumbo por parte de la derecha opositora.
Los principales contendientes son el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, en el poder) y la Alianza Republicana Nacionalista (Arena, extrema derecha), con 31 y 35 diputados, respectivamente, y con más de la mitad de las alcaldías en su poder.
Pese a las millonarias cifras invertidas por estos partidos, principalmente el FMLN, la campaña se ha visto libre de la saturación de mensajes y de la acostumbrada rudeza de la que los políticos salvadoreños gustan.
Pero esta falta de conflicto en la campaña tampoco ha significado un debate franco entre los candidatos, quienes se han apoyado en las desveladas promesas de cambio, de transparencia y de austeridad.
El FMLN y Arena cerraron parcialmente sus actividades de campaña el domingo pasado con la concentración de cientos de sus correligionarios en dos puntos diferentes de la capital salvadoreña.
Empero, continuaron este miércoles con visitas “casa por casa”, pequeñas reuniones en parques y caravanas de vehículos, actividades que transmitieron de forma continua en diversos medios de comunicación.
Arena podría vencer
La mayoría de sondeos publicados antes de una veda legal dan la ventaja a la oposición para mantener el control en el Congreso, situación que diversos sectores atribuyen a un voto de castigo contra el gobierno, en manos del FMLN desde el 2009, y a la expulsión del alcalde de San Salvador, Nayib Bukele, quien goza de gran popularidad.
El sondeo de la Universidad Centroamericana (UCA), el último en ser dado a conocer, señala que el 47,7 % de los salvadoreños que asistirá a las urnas votará por los candidatos de la derecha al Congreso, de cuyo porcentaje la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) posee el 32,7 %.
Por su parte, el partido oficialista y de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) posee el 20,5 % de la intención de votos y el resto se inclina por otros partidos minoritarios o no quiso revelar su preferencia.
La encuesta también dio cuenta de que el 31,7 % de los votantes se inclina por los candidatos a ocupar las alcaldías presentados por Arena y el 24,7 % por los de la exguerrilla del FMLN.
Estos datos no auguran ningún cambio radical en la composición del Legislativo ni de los gobiernos municipales, y la novedad más grande que vislumbran es el cambio de partido gobernante en la capital, que pasaría a manos de Arena.
Por otra parte, existe un creciente movimiento provoto nulo, sobre todo desde las redes sociales, amparado en la desconfianza y descontento y que Bukele, en franca campaña para las elecciones presidenciales del 2019 con su iniciativa “Nuevas Ideas”, intenta encabezar.
Ante este panorama, los analistas que se pasean casi a diario por las entrevistas televisivas y de radio han repetido que el voto duro de Arena y FMLN es el que les asegurará la continuidad como principales fuerzas políticas.
A la zaga de estos partidos viene la Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana), surgida de las entrañas de Arena en el 2010 a raíz de un cisma interno y que busca captar el voto descontento con la instauración de la pena de muerte y del paramilitarismo para combatir a las pandillas.
Unos 5,2 millones de salvadoreños están convocados este 4 de marzo para la novena elección legislativa y municipal desde la firma de los Acuerdos de Paz, que pusieron fin a doce años de guerra civil en El Salvador (1980-1992).