Managua. AFP y AP. El Congreso de Nicaragua ratificó ayer una polémica reforma a la Constitución que abre al presidente Daniel Ortega las puertas a una tercera reelección consecutiva y que permite a militares y policías activos ocupar cargos en el Gobierno.
La reforma, que ya había sido aprobada en una primera legislatura el 10 de diciembre pasado , fue ratificada “en lo general” con 64 votos a favor y 25 en contra, anunció el presidente de la Asamblea Nacional, el sandinista René Núñez.
Los diputados de la oposición, que votaron en contra del paquete de reformas, se retiraron del plenario donde seguía la discusión artículo por artículo con la presencia de los 63 legisladores del sandinismo y un aliado, el legislador liberal Wilfrido Navarro.
Con la aprobación legislativa, el paso siguiente es su publicación en La Gaceta , el diario oficial, para que entren en vigor.
El voto de los diputados sandinistas reformó 46 de los 202 artículos constitucionales y eliminó el artículo número 147 que prohibía optar por el cargo al presidente de turno o quien hubiera ejercido la Presidencia en el lapso en que se efectúa la elección para el periodo siguiente, ni el que la hubiere ocupado por dos periodos presidenciales.
Más modificaciones. Además de instaurar la posibilidad de la reelección presidencial continua, las modificaciones también establecieron que el triunfo en los comicios será para el candidato que obtenga más votos y no quien alcance el 35% de los sufragios, y se elimina la segunda vuelta electoral.
De igual forma, la enmienda otorga mayores facultades al Ejército, que controlaría el espectro radioeléctrico y de telecomunicaciones, y sus oficiales generales podrían ocupar cargos públicos sin renunciar a su vida militar.
Los cambios también devuelven al presidente la potestad de emitir decretos con fuerza de ley, imponer tributos o modificarlos, lo cual era una facultad exclusiva del Parlamento.
La oposición, que se presentó al plenario para expresar su rechazo a la reforma, argumentó que el hecho de que haya reelección indefinida o se elimine la segunda vuelta, no resuelve los problemas salud, vivienda o pobreza que tiene el país.
“Prácticamente estas reformas son adaptadas, como en otros tiempos, al presidente de turno. Es más de lo mismo en la historia de Nicaragua”, dijo la diputada María Eugenia Sequeira, del Partido Liberal Independiente (PLI, derecha).
El jefe de la bancada del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, oficialismo, izquierda), Edwin Castro, respondió que “esta Constitución no es la solución para resolver los problemas de la pobreza o la (plaga de) roya (que diezma la caficultura), pero da el marco para ir avanzando”.
De acuerdo con Castro, “la reforma constitucional profundiza la democracia, la participación de la familia y de la comunidad en el quehacer político”.
Ortega logró en el 2011 ser reelecto de forma consecutiva después que magistrados de la Corte Suprema de Justicia, afines al sandinismo, declararon inconstitucional, en el 2010, el artículo 147.