Madrid. El partido liberal español Ciudadanos se vio sacudido este lunes por dos dimisiones en su ejecutiva nacional, a raíz de un acercamiento a la extrema derecha que está resquebrajando sus filas.
Las dimisiones fueron las de Toni Roldán, que se desempeñaba como vocero económico, y la del eurodiputado Javier Nart, quien; no obstante, conservará su acta en la Eurocámara.
La clave de ambas partidas está en el veto de Ciudadanos a la próxima investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del gobierno español, y en el acercamiento simultáneo a la extrema derecha de Vox, para conquistar poder a nivel local.
Una estrategia que parece haber aliado al sector socialdemócrata de esta formación, dirigida desde su fundación en el 2006 por Albert Rivera.
"No me voy porque yo haya cambiado, sino porque Ciudadanos ha cambiado (...) la política no es un supermercado", declaró a la prensa Toni Roldán.
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"Los costes para España de la estrategia elegida por Ciudadanos son demasiados altos. ¿Cómo vamos a construir un proyecto liberal en España si no somos capaces de confrontarnos a la extrema derecha, que está en las antípodas de todo lo que pensamos?", prosiguió.
Por su lado, Nart renunció tras una votación en la que la mayoría del comité ejecutivo se pronunció a favor de mantener el veto a Pedro Sánchez, indicó una fuente de Ciudadanos.
En esa votación, Nart y el también eurodiputado Luis Garicano, cabeza de lista por Ciudadanos en las pasadas elecciones europeas, votaron en contra del bloqueo a Sánchez, una estrategia que ha defendido Albert Rivera con uñas y dientes.
Cambio de estrategia
Ciudadanos entró en el Parlamento español en el 2015, con el afán de superar el eje derecha-izquierda. Sin embargo, recientemente ha optado por una estrategia orientada a la derecha, para intentar suplantar a los conservadores del Partido Popular, debilitados tras las legislativas de abril.
Como parte de esa estrategia no han tenido problemas en formar mayorías a nivel local con el Partido Popular (PP) y el apoyo de Vox, como fue el caso en enero en la región de Andalucía, y este mes para arrebatarle la Alcaldía de Madrid a la izquierda. Un escenario que salvo sorpresa se repetirá en las regiones de Madrid y Murcia.
El ex primer ministro francés Manuel Valls, flamante concejal en el ayuntamiento de Barcelona, ya criticó violentamente la semana pasada a Ciudadanos, tachándolo de "irresponsable" y afeándole el "pactar de hecho" con la extrema derecha.
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Ciudadanos acababa entonces de romper con Valls por la decisión de éste de propiciar la reelección de la izquierdista Ada Colau como alcaldesa, contraviniendo la línea oficial. El objetivo, explicó el interesado, era evitar que el puesto fuera para un candidato independentista catalán.
El acercamiento a Vox fue igualmente criticado por el entorno del presidente francés Emmanuel Macron, al que Albert Rivera considera como un referente en Europa.
“Nadie aplaude ni apoya este giro estratégico ni aquí ni en Europa. Nadie quiere que pacte con Vox (...), ni que imite a la extrema derecha ni que boicotee la legislatura”, dijo a propósito el número tres socialista y ministro saliente de Fomento, José Luis Ábalos.