Pekín. China defendió este lunes su derecho a prohibir la entrada del director ejecutivo de Human Rights Watch (HRW)a Hong Kong, alegando que los directivos de la ONG son responsables de la revuelta en la excolonia británica y tienen que “pagar el precio”.
Kenneth Roth tenía previsto presentar esta semana en una conferencia de prensa en Hong Kong el informe anual de la organización con sede en Nueva York, que acusa a China de llevar a cabo un "ataque intenso" contra las organizaciones internacionales de derechos humanos.
Pero Roth aseguró que las autoridades le impidieron el domingo entrar a la ciudad semiautónoma cuando llegó al aeropuerto.
China anunció hace un mes sanciones contra las ONG estadounidenses, incluida HRW, en represalia por la recientemente aprobada ley estadounidense a favor del movimiento prodemocracia en Hong Kong.
“Permitir o no permitir a alguien entrar a China es un derecho soberano”, dijo el portavoz de la Cancillería, Geng Shuang, a la prensa.
“Muchos hechos y pruebas muestran que esta ONG ha apoyado de varias formas a los radicales anti-China, alentó la violencia extremista y criminal, así como actividades separatistas”, afirmó Geng.
"Tiene una gran responsabilidad del caos actual en Hong Kong. Estas organizaciones tienen que ser castigadas, y deben pagar el precio", agregó.
Hong Kong lleva ya cerca de siete meses de protestas en las calles, algunas violentas, que le han llevado a su peor crisis en décadas.
Millones de personas salieron a las calles en este centro financiero semiautónomo para exigir más libertad democrática.
Otros vetados
El responsable de HRW se suma así a la cada vez más larga lista de docentes, investigadores, políticos y activistas abiertamente críticos con China que no han sido autorizados a entrar en estos últimos años.
En setiembre, un intelectual estadounidense no pudo entrar en la excolonia británica después de que testificó en una audiencia del Congreso junto a destacados activistas hongkoneses prodemocracia.
El periodista del Financial Times Víctor Mallet vio rechazada en el 2018 su renovación de visado tras haber organizado una conferencia con el líder de una pequeña formación, ahora prohibida, que militaba por la independencia de Hong Kong.
Roth manifestó que espera que su caso contribuya a “demostrar el creciente asalto de Pekín a los esfuerzos para respetar los derechos humanos”.
“This time for the first time, they blocked me.”@HRW executive director @KenRoth says he was barred from entering Hong Kong, where he intended to release a report critical of China’s government. More @business: https://t.co/NCHvRkiI3G #香港 pic.twitter.com/ZF0i46IkMN
— Bloomberg Quicktake (@Quicktake) January 13, 2020
“La negativa a dejarme entrar a Hong Kong ilustra de manera clara el problema”, comentó.
Phil Robertson, subdirector de HRW para Asia, indicó que cuando Roth preguntó por qué no podía entrar en Hong Kong, solo le señalaron que se trataba de “razones de inmigración”.
“Lo que creemos es que fue rechazado porque el gobierno chino teme que el mundo sepa lo que están haciendo con la gente de Hong Kong y el pueblo de China”, declaró en Bangkok.
El Club de Corresponsales Extranjeros (FCC), donde tenía que llevarse a cabo el miércoles la conferencia de prensa de Roths, destacó en un comunicado que le preocupaba que el gobierno local usara el departamento de inmigración para “actuar punitivamente contra organizaciones y representantes de los medios”, lo que violaba la ley de libertad de expresión de Hong Kong.
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La excolonia británica atraviesa desde junio la peor crisis desde su devolución a China en 1997, con actos prácticamente diarios para exigir reformas democráticas y oponerse a lo que los manifestantes consideran una creciente injerencia de Pekín en los asuntos locales.
Pekín y el gobierno local se niegan a ceder ante los reclamos de los manifestantes, que piden elecciones libres en la ciudad, la investigación de la represión policial y la amnistía de los casi 6.500 detenidos por las protestas.