Argentina se pregunta cuál Fernández gobernará: Alberto o Cristina

Allegados y analistas destacan que el presidente electo, un abogado de 60 años con vasta carrera política, jamás podría ser un ‘títere’

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Buenos Aires. El peronista de centroizquierda Alberto Fernández será a partir de diciembre el presidente de Argentina. Pero tras la elección, se mantiene la incógnita: ¿quién gobernará, Alberto o Cristina? en referencia a la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, oficialmente su vicepresidenta.

Altos responsables cercanos a Alberto Fernández aseguraron que será él el líder a partir de su asunción el 10 de diciembre. “Cristina no está en el proceso de disputa del poder”, dijeron.

"La gestión estará a cargo de él", afirmaron.

A muchos les cuesta creer que Cristina Fernández, una mujer de personalidad avasallante y con gran peso en un sector del peronismo, se conforme con un papel secundario. Pero los allegados a Alberto Fernández aseguran que es así: “Quedó demostrado en la campaña electoral, la presencia de Cristina fue mínima”.

Incluso, ella no estará en Argentina en los próximos días, claves para la configuración del equipo de gobierno. Tras el triunfo electoral, la expresidenta (2007-2015), que tiene una decena de causas por corrupción en su contra, pidió autorización para viajar a Cuba, donde su hija Florencia está en tratamiento por problemas de salud, para regresar el 11 de noviembre.

Las especulaciones evocan a la situación en Rusia, cuando se decía que era Vladimir Putin, entonces primer ministro, quien gobernaba tras bastidores en el gobierno de Dmitri Medvédev. Putin, ahora nuevamente mandatario, había designado a Medvédev candidato a presidente porque en el 2008 él estaba impedido de lanzar su reelección.

Pero sus allegados y analistas destacan que Alberto Fernández, un abogado de 60 años con vasta carrera política, jamás podría ser un “títere”, como afirmaron sus detractores durante la campaña electoral en la que competió con el presidente liberal Mauricio Macri.

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“Alberto se le paró a Cristina Fernández de Kirchner en el 2008 y le renunció. Cristina Kirchner no lo pudo controlar entonces, mucho menos podrá ahora”, expresó el analista político Raúl Aragón.

“En el imaginario colectivo hay una porción de la población que cree que va a ser Cristina la que gobierne y otra que será él. Pero en los últimos días, la porción ha crecido en torno a la que cree que será él. Se lo vio más suelto, con más presencia mediática”, manifestó el sociólogo y consultor Ricardo Rouvier.

Idilio y distancia

Fernández inició en el 2003 una relación idílica con el matrimonio de Cristina y Néstor Kirchner (fue jefe de gabinete de ambos), pero todo cambió en el 2008, cuando renunció debido al conflicto que enfrentó entonces duramente al gobierno con el sector rural por el incremento de impuestos a las exportaciones agrarias.

Se convirtió luego en un crítico del movimiento que él mismo había ayudado a fundar, y colaboró con la construcción de espacios políticos opositores.

Sobre el segundo mandato de Cristina, el presidente electo llegó a decir: “Fue un muy mal gobierno donde es difícil encontrar algo ponderable”. Ahora dice que ambos -ella y él- “son lo mismo”.

Son muchos analistas los que califican como “brillante” la estrategia de Cristina Fernández de designarlo a él para encabezar la fórmula del peronismo opositor y de quedar relegada a la vicepresidencia.

Alberto Fernández logró reunificar a las enfrentadas corrientes del peronismo durante la campaña electoral que se alinearon detrás de él, lo que fue considerado como su principal capital político, junto con el apoyo de los gobernadores, que extienden su alcance territorial en este país federal.

“Un día, Cristina me llamó y me dijo: ‘ahora es tu turno’”, contó Fernández en el acto de cierre de campaña. “Gracias, Cristina, por la confianza”, añadió.

De acuerdo con analistas, el que tomará decisiones será él. “No veo una disputa que ponga en peligro la gobernabilidad”, opinó Rouvier.

El líder del Frente de Todos ha prometido cambiar el país que deja Macri, marcado por una inflación interanual por encima del 55%, la pobreza en 35,4%, un drenaje de reservas del Banco Central y un endeudamiento récord.

Alberto Fernández, quien en el 2005 participó en la reestructuración para cancelar la deuda de casi $10.000 millones con el Fondo Monetario Internacional, deberá otra vez negociar con el organismo multilateral para pagar el préstamo de más de $57.000 millones.

Como muchos argentinos, Enzo Cardacci, un taxista de 48 años, cree que el próximo mandatario es un “moderado, muy distinto a Cristina, y que hará un buen gobierno”. Aunque no lo apoyó, está tranquilo tras la elección, pero confesó “odiar” a la expresidenta. "¡Mirá, si a Fernández le pasa algo, nos quedamos con ella!, exclamó.