Pretoria. El Congreso Nacional Africano (ANC, en inglés) ganó ampliamente las elecciones legislativas en Sudáfrica, aunque con los peores resultados desde que Nelson Mandela le llevó a la victoria en 1994, lo que complicará la tarea del presidente Cyril Ramaphosa de relanzar la economía y luchar contra la corrupción.
Con los votos escrutados en más del 95% de los 23.000 centros electorales del país, el ANC logró el apoyo de 9,1 millones de electores, el 57,73%, lo que le asegura matemáticamente la mayoría absoluta en el Parlamento.
Con un retroceso de casi cinco puntos en comparación a los comicios del 2014, este es el peor resultado del partido histórico de Nelson Mandela en25 años de poder.
Elegido por los diputados, Ramaphosa deberá jurar el cargo como jefe de Estado el 25 de mayo.
Aunque tenía la victoria asegurada desde la publicación de los primeros resultados parciales, el ANC evitó cualquier triunfalismo."Hemos ganado ampliamente (...), está claro que vamos a gobernar sin coalición", declaró el viernes su portavoz, Dakota Legoete. “Podríamos haberlo hecho mejor”, admitió.
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“Una victoria con el 57% priva al ANC del margen de seguridad del 62% que poseía desde el 2014″, señaló el analista Daniel Silke, “si no mejora su gobernanza y su política, incluso el presidente Cyril Ramaphosa tendrá complicado cumplir sus promesas”.
La Alianza Democrática (DA) conservó su puesto de principal partido de la oposición con un 20,6% de los votos, en claro retroceso con respecto al 2014 (22,2%).
”No lo hemos logrado esta vez", reconoció el viernes su líder, Mmusi Maimane. “Pero créanme, ya sea en el 2021 (en las municipales) o en el 2024 (en las legislativas), probaremos a este país que podemos reunir a todos los sudafricanos (...) y traer el cambio a esta nación”, agregó.
El tercer puesto fue para los Combatientes por la Libertad Económica (EFF, izquierda) de Julius Malema, que registró un fuerte ascenso (10,5%). En 2014 recabaron un 6,35%.
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“No estamos totalmente satisfechos porque esperábamos más, pero solo somos un partido pequeño”, comentó uno de los responsables de la agrupación, Dali Mpofu.
“Ningún partido contará con una mayoría absoluta en las próximas elecciones”, pronosticó. “Entramos en la era de las coaliciones”.
El ANC, golpeado
El ANC, vencedor de todos los comicios tras el apartheid (segregación racial) perdió popularidad durante la presidencia de Jacob Zuma (2009-2018), salpicada por numerosos escándalos de corrupción.
En las elecciones municipales del 2016, el ANC obtuvo 54% de los votos, su peor resultado nacional.
Desde que Cyril Ramaphosa empujó al presidente Zuma a retirarse a principios del 2018, prometió “reparar” los “errores” de su partido, erradicar la corrupción y relanzar la economía.
Pero un año después, el exsindicalista reconvertido en exitoso hombre de negocios tardó en materializar sus promesas.
Durante su campaña electoral, tuvo que enfrentarse a la impaciencia y la cólera de una parte creciente de la población con la corrupción, el desempleo enorme (27%) y las desigualdades que persisten 25 años después de la caída del apartheid.
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“Les hemos dado 25 años (de poder), pero los pobres son cada vez más pobres, y los ricos más ricos” resumió el miércoles Anmareth Preece, una profesora de 28 años, electora de Coligny, en el noroeste.
La oposición denunció un partido “podrido hasta la médula” y llamó al “cambio”.
La mayoría de los observadores creen que Ramaphosa tendrá dificultades para que sus proyectos de reformas sean aceptados por el clan del expresidente Zuma, que todavía cuenta con fuerte respaldo dentro del ANC.
Su secretario general, Ace Magashule, un seguidor de Zuma, descartó la idea el viernes de que fuera la imagen moderada y pragmática del jefe del Estado lo que evitó la derrota. “La gente eligió al ANC, no a una persona”, respondió ante la prensa.