Defensa del Chapo Guzmán acusa al Gobierno de México de recibir sobornos del narcotráfico

El juicio al capo se inició este martes y su representante afirma que el verdadero líder de la organización criminal es el coacusado Ismael ‘Mayo’ Zambada

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Nueva York. La defensa de Joaquín el Chapo Guzmán, cuyo juicio comenzó el martes en Nueva York, aseguró que el capo es un chivo expiatorio del Gobierno de México, al que acusó de recibir cientos de millones de dólares en sobornos del narcotráfico.

La Fiscalía, no obstante, lo presentó como un despiadado asesino que durante 25 años envió a Estados Unidos decenas de toneladas de droga, toda la que quiso.

Los argumentos de apertura comenzaron con horas de retraso luego de la retirada de dos jurados que debieron ser reemplazados: una mujer hispana que aseguró que el proceso le está provocando problemas de salud y un hombre que afirmó que no podría mantenerse si deja de trabajar durante más de cuatro meses, la duración estimada del juicio.

El Chapo, uno de los jefes narco más famosos del mundo, es acusado de 11 delitos, incluido el envío a Estados Unidos 155 toneladas de cocaína, y si es hallado culpable puede ser condenado a cadena perpetua.

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“Hay otro lado de esta historia, el lado que el Gobierno de Estados Unidos y de México no quieren que ustedes conozcan (...) sobre cómo funcionarios del gobierno pueden ser sobornados, y pueden conspirar para cometer los crímenes más serios”, dijo al jurado Jeffrey Lichtman, un experimentado abogado que salvó de la cárcel a John Gotti Jr, hijo de un capo de la mafia neoyorquina.

Aseguró que el verdadero jefe del cartel de Sinaloa es el coacusado del Chapo, Ismael Mayo Zambada, de 70 años, quien nunca pasó un día en prisión y sigue prófugo, y que ha pagado “al actual y al anterior presidente de México”, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, “cientos de millones de dólares en sobornos”.

Un vocero de Peña Nieto y también el propio Calderón negaron inmediatamente las acusaciones en Twitter.

“La verdad es que el Chapo no controlaba nada, Mayo Zambada lo hacía”, dijo Lichtman en el tribunal. “Mayo puede lograr que la gente sea arrestada y que el Ejército y la Policía de México mate a quien él quiera”.

Al entrar a la corte, el Chapo, vestido de traje oscuro, camisa blanca y corbata, tiró un beso a su esposa, Emma Coronel, de 29 años, sentada entre el público.

La Fiscalía presentó al Chapo como un temible y astuto narcotraficante que lideraba el cartel de Sinaloa, traficaba “cantidades masivas de cocaína” en aviones, barcos pesqueros y hasta submarinos, y no dudaba en matar ni a sus familiares para ampliar su negocio o evitar ser atrapado. “Dinero, drogas, asesinato, una vasta organización de narcotráfico: de esto se trata este juicio, y lo probaremos con las evidencias”, dijo el fiscal Adam Feels.

La Fiscalía, que prepara el caso desde hace años, asegura que el imperio criminal del Chapo, con tentáculos en las Américas, Asia y Europa, facturó unos $14.000 millones. Las autoridades nunca pudieron incautarse un peso.

Fels aseguró que el Chapo era propietario de un AK-47 bañado en oro y de una pistola incrustada con diamantes con sus iniciales, y que “tenía su propio ejército privado de cientos de hombres armados con rifles de asalto en las montañas de Sinaloa”.

Hizo hincapié en los montones de evidencia acumulados por el Gobierno, que incluyen mensajes de texto del Chapo encriptados y “un video de Guzmán y sus sicarios interrogando a miembros de carteles rivales” y donde se vería al capo “apretar el gatillo”.

Aunque el Chapo no está acusado de homicidio, la Fiscalía asegura que posee pruebas de al menos 33 asesinatos cometidos u ordenados por él.

Fuerte seguridad

Para preservar su seguridad, los jurados serán escoltados por alguaciles armados cada día al tribunal y sus nombres se mantienen en el anonimato.

Con perros entrenados y aparatos para detectar gas y explosivos, decenas de policías refuerzan la vigilancia en el tribunal de Brooklyn.

“Este es un caso emblemático para el gobierno, no solo por los supuestos crímenes del acusado, sino porque es un caso para dar el ejemplo en la guerra de Estados Unidos contra el narcotráfico internacional”, opinó René Sotorrio, un abogado de Miami que defiende a los hermanos Rivera Maradiaga, exlíderes del cartel hondureño Los Cachiros y que podrían atestiguar contra el Chapo.

Sotorrio indicó que en más de 40 años de experiencia en casos federales nunca vio medidas tan extremas de seguridad.

La Fiscalía prepara el testimonio de decenas de testigos para intentar probar los crímenes cometidos por el Chapo, muchos de ellos exrivales o socios del capo narcotraficante y a quienes la defensa intentó desacreditar este martes.

“Estos testigos han matado a fiscales, han intentado matar a presidentes (...) Cuando escuchen a estas personas se les pondrá la piel de gallina”, expuso Jeffrey Lichtman al jurado."¿Por qué el Gobierno está yendo tan lejos, dándoles visados para que permanezcan en este país?", preguntó."Porque el Chapo es el mayor premio con el cual la Fiscalía ha soñado, y está soñando con esto desde hace años", respondió el abogado.

Rechazan acusaciones

Las palabras del representante legal del capo narcotraficante sobre los presuntos sobornos al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y su antecesor Felipe Calderón, fueron rechazadas de inmediato por los aludidos.

La Presidencia las denominó ‘falsas y difamatorias’ en un mensaje publicado en la red social Twitter.

“El gobierno de [sumario]EPN (Enrique Peña Nieto) persiguió, capturó y extraditó al criminal Joaquín Guzmán Loera. Las afirmaciones atribuidas a su abogado son completamente falsas y difamatorias”, escribió Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia.

Calderón, mandatario entre el 2006 y el 2012, quien lanzó una polémica ofensiva militar antidrogas, fue el primero en rechazar las acusaciones por medio de un mensaje en Twitter."Son absolutamente falsas y temerarias las afirmaciones que se dice realizó el abogado de Joaquín el Chapo Guzmán. Ni él, ni el aártel de Sinaloa ni ningún otro realizó pagos a mi persona", señaló Calderón.

Guzmán, quien escaló a las alturas del narcotráfico mexicano en los años 80, fue capturado por primera vez en Guatemala y entregado a México, pero se escapó de un penal federal escondido en un carro de ropa sucia en enero del 2001, cuando arrancaba el gobierno de Vicente Fox (2000-2006).

Tras varios intentos frustrados de captura realizados durante años, el 22 febrero del 2014 fue detenido por marinos mexicanos y con colaboración de la DEA en un operativo en el puerto de Mazatlán durante el cual no fue necesario hacer un solo disparo.

Pero el narcotraficante se escapó nuevamente la noche del 11 de julio burlando las cámaras de seguridad de un penal federal, ante las cuales desapareció a través de un boquete cavado en su ducha que conectaba con un túnel de más de 1 kilómetro, el cual recorrió en una motocicleta anclada a un riel y que conducía a una casa en construcción.

El 8 de enero, tras un encarnizado enfrentamiento con marinos militares y un nuevo intento de escapar por un túnel que conducía a un canal del drenaje, Guzmán fue detenido por tercera vez en Los Mochis, también en Sinaloa.

El capo fue extraditado a Estados Unidos la noche del 19 de enero del 2017.