Según fuentes de uno de los Gobiernos de estos países, el motivo del encuentro no fue unificar posturas sino cambiar impresiones y compartir el análisis que cada nación realiza de la complicada situación económica actual.
En la cita participaron los líderes de Rusia, Dimitri Medvédev; Brasil, Dilma Rousseff; China, Hu Jintao; la India, Manmohan Singh, y Sudáfrica, Jacob Zuma.
La reunión de los BRIC cobra una especial relevancia ante la complicada situación que atraviesa Europa, que necesita el apoyo externo para financiar sus planes de rescate, y en especial para el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) .
La semana pasada, el responsable del fondo, Klaus Regling, viajó a China para tratar de obtener el apoyo de este gigante económico, que es el mayor poseedor de reservas extranjeras del mundo, con $3,2 billones.
Ayer mismo, ya en Cannes, el viceministro de Finanzas, Zhu Guangyao, afirmó que es todavía “demasiado pronto” para comprometerse a una mayor compra de bonos europeos.
Una postura más abierta ha mantenido Brasil, un país que se ha comprometido a “considerar” si invierte una parte de sus $350.000 millones en el mercado europeo, siempre a través de acuerdos bilaterales con el Fondo Monetario Internacional (FMI) .
El Gobierno ruso también ha mostrado su preferencia por ayudar a Europa a través de acuerdos con el FMI, en lugar de invertir directamente en los instrumentos diseñados por la Unión Europea.
Además del asunto europeo, los países del BRIC analizaron otros temas, como la situación política en Oriente Medio, la cooperación energética y la reforma del sistema financiero.
Algunas ONG exigieron que el G-20 se comprometa a una lucha contra las prácticas de evasión fiscal que recortan el crecimiento de los emergentes e impiden a estos frenar la corrupción.