El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, ha intentado convencer este año a sus pares dentro de la Unión Europea (UE) de la pertinencia de una serie de reformas dentro del bloque. Básicamente, se trata de reformas en tres o cuatro campos.
Algunos críticos de Londres como John Ryan, profesor en la London School of Economics, consideran que se trata de una maniobra que busca complacer a la población “euroescéptica” (opuesta a la membrecía dentro del grupo), y hacerla creer que Bruselas (sede de la Unión Europea) está dispuesta a ceder, aunque en la realidad son temas resueltos desde hace años.
Entre 40% y 50% de la población británica es euroescéptica y demanda al Gobierno la salida del grupo.
Para tratar de complacer a ese sector de la población, Cameron ha dicho que, si no hay reformas, el Reino Unido podría salirse de la UE y se comprometió a convocar un referendo antes de que termine el 2017.
Se trata de una apuesta arriesgada si se toma en cuenta que ya están en marcha dos campañas para sumar votos a la propuesta del brexit ; es decir, la salida de Gran Bretaña de la UE.
Ross Denny está recién llegado a Costa Rica, pero no al mundo diplomático. Después de servir como embajador de Gran Bretaña en otros cuatro países latinoamericanos, entre muchos otros, llega a San José dispuesto a potenciar las relaciones bilaterales en varios campos. Quisimos esta entrevista con él para repasar ambos temas.
El Reino Unido hará un referendo para decidir si sigue dentro de la Unión Europea o no. Hoy parece que más de 50% de votantes están de acuerdo en seguir dentro, pero la voluntad popular es voluble. ¿Hay un debate público en torno a las consecuencias de una u otra decisión?
Es un poco prematuro porque la idea no es salir de la Unión Europea, sino ofrecer la posibilidad al pueblo de decidir, después de negociar unos cambios en nuestras relaciones con el bloque, que responden a preocupaciones del público. Lo que intentamos hacer es negociar los cambios en temas que preocupan a nuestros ciudadanos y después ofrecer la posibilidad al pueblo de decidir continuar dentro de la UE reformada.
¿Tiene un país miembro de la UE derecho a renegociar las condiciones de su membrecía?
Es una condición fundamental para nosotros para poder seguir en la Unión. Tenemos que respetar la preocupación del público y negociar con los otros países si vamos a continuar con ese proyecto o no.
El primer ministro, David Cameron, ha planteado cuatro campos de negociación...
Sí. Tenemos preocupaciones en varios temas, como la soberanía, la justicia, la inmigración y la competitividad.
¿Qué inquietud tiene su gobierno en cuanto a soberanía?
El objetivo de la UE es una “unión política cada vez más estrecha” y esta no es una visión compartida por gran parte de la opinión pública británica, ni necesariamente por todos los Estados miembros de la UE.
”Nosotros entramos al bloque en los años 70, cuando esa unión era más económica, de comercio libre, libre tránsito de personas... pero luego vinieron los tratados de Maastrich y de Lisboa, con los cuales aumentó la transferencia de soberanía de los países a Bruselas; entonces, muchas decisiones se toman en Bruselas por funcionarios que no son elegidos por el pueblo de los países miembros, y eso genera una preocupación general, no solo en nuestro país, sino en varios.
”Tenemos elecciones como país democrático, pero muchas decisiones no las podemos tomar nosotros, sino que las toma Bruselas”.
En justicia...
Le pongo un ejemplo: una decisión que fue muy polémica en Gran Bretaña fue la imposibilidad de deportar supuestos terroristas considerados una amenaza a nuestra seguridad nacional.
”Las autoridades quisieron deportar uno a EE. UU. y esa decisión fue bloqueada por Bruselas, que alegó la necesidad de proteger sus derechos humanos. Sus supuestos actos terroristas fueron cometidos en EE. UU., pero estaba refugiado en Inglaterra esperando ese proceso por más de 10 años. ¿Cómo llegamos a una situación en que ni siquiera podemos deportar a un supuesto terrorista que es una amenaza a nuestra seguridad por decisión de personas en otro país? Hay explicación, hemos firmado los tratados que nos han dejado dentro de esa estructura”.
En economía también hay disconformidad...
Vemos la necesidad de ser más competitivos como bloque y tener mayor liberalización, menos burocracia, menos reglas. Muchas de nuestras empresas están frustradas con la burocracia de Bruselas y la necesidad de gastar mucho tiempo, energía y dinero para adaptarse a las reglas de Bruselas, que no siempre son bienvenidas ni necesarias.
(El martes, días después de la entrevista con el embajador, el secretario británico del Tesoro, George Osborne, detalló su plan de reformas. Incluye el objetivo de un gobierno comunitario con menos poder; una libra [moneda británica] y un euro en igualdad de condiciones. A la vez, señala que los países que no son miembros del euro, como Gran Bretaña, no tendrían porqué respaldar financieramente a los que sí son de la eurozona, como Grecia).
El ministro de Exteriores dijo que el futuro de Gran Bretaña en la UE lo decidirá el equilibrio entre los gastos y el provecho que tengan los británicos...
Hay una percepción pública de que pagamos demasiado para nuestra membrecía como país rico y próspero, comparado con los beneficios. Esa es la percepción, correcta o no, que tenemos que enfrentar.
”Hay muchos estudios sobre la situación y hemos negociado hace muchos años una rebaja en el presupuesto (aporte a la UE) porque era muy pesado por el tamaño de nuestra economía.
”Por otra parte, otros grandes países del grupo son agrícolas, o con sectores agrícolas muy grandes, mientras el nuestro es un país industrial que no se beneficia con los subsidios que van al sector agrícola, porque no recibimos mucho de eso. Ese es uno de los ejemplos de desequilibrio”.
Sin embargo, las consecuencias de una salida de Gran Bretaña de la UE serían terribles para ambas partes. En el caso británico, ya Escocia dijo que buscaría su independencia para seguir dentro del grupo.
Tenemos que pensar en eso muy cuidadosamente. La idea será continuar en la UE, pero tiene que ser con las reformas que demanda el pueblo. Ya las negociaciones están en proceso, no solo con nosotros, sino con otros países que tienen preocupaciones similares.
Hablemos ahora de las relaciones bilaterales, que históricamente han sido muy buenas.
Sí. Nuestras relaciones son muy buenas en muchos ámbitos, en el comercial, el político, el turismo, y muchas otras áreas. Queremos fortalecer todos estos lazos. Para darle un ejemplo, tenemos ya el primer vuelo directo de Londres a Liberia una vez a la semana, que trae 300 pasajeros.
”En abril, British Airways empezará a volar dos veces por semana de Londres a San José, un vuelo con capacidad para 300 pasajeros en un avión Boeing 777.
”Queremos estimular más nuestras exportaciones (Costa Rica le vendió $242,6 millones a Gran Bretaña en el 2014 y le compró por $102 millones). Somos muy fuertes en insumos médicos y servicios financieros. De hecho, en junio tenemos la visita del jefe del sector financiero de Londres que viene con una comitiva a ver oportunidades de inversión. Tenemos un buen número de empresas británicas, grandes y medianas, que han establecido su base regional en Costa Rica”.
¿Hay espacio para mejorar las inversiones?
Sí. Es un área en la que podemos trabajar juntos.
¿Se beneficia Costa Rica de proyectos de cooperación bilaterales?
Tenemos nueve proyectos de ciencia e innovación, con un valor total este año de un millón de libras ($1,5 millones).
”El objetivo es fomentar el desarrollo económico y bienestar del país a través de la ciencia y la innovación, la investigación y desarrollo de capacidades.
”Los ejemplos van desde un estudio de los efectos del aumento del nivel del mar hasta la lucha contra una enfermedad que afecta al banano, la mitigación de los efectos del cambio climático en el sector ganadero, entre otras posibilidades”.