Washington. AFP. Washington fue nuevamente objeto ayer de la ira de los países europeos afectados por las operaciones de espionaje, lo que llevó al presidente Barack Obama a anunciar una revisión de tales prácticas.
“Estoy iniciando una revisión para asegurar que aquello que somos capaces de hacer no signifique necesariamente que debamos hacerlo”, dijo el mandatario.
España reclamó el lunes explicaciones por las escuchas telefónicas estadounidenses en el país, lo cual mantiene viva la tormenta diplomática, especialmente virulenta en Alemania.
Según el documentado publicado por diario El Mundo , presentado como procedente del excontratista de la NSA Edward Snowden , esa agencia “espió 60.506.610 de llamadas telefónicas en España” , entre el 10 de diciembre del 2012 y el 8 de enero del 2013, sumándose a una larga lista de Estados europeos espiados como Francia y Alemania.
El Ministerio de Asuntos Exteriores español, adonde acudió el embajador estadounidense, James Costos, después de ser convocado, aseguró que estas “prácticas, de ser ciertas, son impropias e inaceptables entre socios y países amigos”.
Mientras, una delegación del Parlamento Europeo se encuentra en Estados Unidos para hablar sobre “el impacto de los programas de vigilancia sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos de la UE, en particular, el derecho a la vida privada”.
“Nuestra confianza se ha visto sacudida”, dijo el alemán Elmar Brok, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo. “No es aceptable que, por ejemplo, la canciller (Ángela) Merkel y otros hayan sido espiados durante más de 10 años”, indicó.
Poder y deber. En medio del vendaval, Obama expresó ayer que su gobierno inició una revisión de las operaciones de los servicios de inteligencia para asegurar que si bien tienen capacidad de hacer mucho, “no significa” que necesariamente deban hacerlo.
Añadió: “Les damos la dirección política. Pero en los últimos años hemos visto que esa capacidad sigue desarrollándose y creciendo”.
Más temprano, la presidenta del poderoso Comité de Inteligencia del Senado afirmó que está “totalmente en contra” de espiar a los líderes de naciones aliadas y prometió revisar estas operaciones.
“En relación con la captación de inteligencia sobre líderes aliados de Estados Unidos –incluidos Francia, España, México y Alemania– lo digo claramente: me opongo totalmente”, puntualizó la senadora demócrata Dianne Feinstein, aliada política de Obama.
La Casa Blanca afirma que EE. UU. no espía ni espiará las comunicaciones de Merkel, formulación ambigua que deja abierta la posibilidad de que tales operaciones hayan ocurrido en el pasado.
El viernes, el rotativo español El País había publicado que la NSA había espiado al personal y los miembros del Gobierno y rastreó “las comunicaciones telefónicas, SMS y correos electrónicos de millones de españoles”.