La Habana. Cuba está lista para recibir este domingo a Barack Obama, presidente de Estados Unidos que apostó por la reconciliación de dos países enfrentados por más de cinco décadas y quien quiere hacer irreversible ese proceso de deshielo diplomático con su histórica visita.
Obama será el primer mandatario estadounidense en ejercicio que pisará Cuba desde 1928, cuando el republicano Calvin Coolidge asistió, en La Habana, a una cumbre regional.
Quince meses después de anunciar el restablecimiento de relaciones con Cuba y pasados ocho desde la reapertura de embajadas, Obama llega a una isla que sigue siendo comunista, pero que ha dejado de ser el “enemigo” y es ahora un vecino con el que se ha abierto una nueva etapa.
La mayoría de los cubanos no podían imaginar, hace apenas un año y medio, las imágenes que van a poder ver en los próximos días: la del presidente estadounidense aterrizando con su esposa e hijas en el aeropuerto José Martí, paseando en familia por La Habana Vieja o asistiendo a un partido de béisbol que tendrá lugar en el Estadio Latinoamericano.
Aunque Obama y el presidente Raúl Castro ya se han visto antes en tres ocasiones, el lunes estarán juntos en el palacio de la Revolución, ubicado en la emblemática plaza presidida por el monumento al prócer independentista José Martí y la icónica efigie del Che Guevara, escenario de innumerables y largos discursos de Fidel Castro fustigando al “imperialismo yanqui”.
Trascendencia. Uno de los platos fuertes de la visita será la conferencia que Obama pronunciará el martes –día en que acabará su visita– en el Gran Teatro de La Habana, dirigida al pueblo cubano y que será transmitida en vivo por la televisión estatal de la Isla.
El viaje será un acontecimiento trascendental y cargado de simbolismo para sellar una nueva etapa de relaciones que los cubanos valoran en general positivamente, ansiosos de que se traduzca en mejoras en su difícil vida cotidiana y, entre expectantes y escépticos, sobre lo que pasará con el embargo económico, o el “bloqueo”, que ha condicionado la vida de varias generaciones.
“Todo el pueblo lo va a recibir de brazos abiertos porque es un intercambio para mejorar las asperezas que hemos tenido durante tantos años. El pueblo de Cuba va a poder ser un pueblo mejor y, por lo menos, vamos a lograr que se vaya eliminando el bloqueo, dice Yanier, de 14 años.
Más escéptico, Yanelis, de 30 años, opina que hay que esperar “a ver qué pasa”. “Vamos a esperar al discurso, a ver cómo se pronuncia; nosotros mantenemos nuestra posición”, expresa.
Por su parte, la disidencia interna, algunos de cuyos representantes se reunirán con Obama el martes, recibe la visita con división de opiniones ante los efectos de la nueva política de EE. UU. hacia Cuba y entre denuncias de un aumento de la represión y detenciones por motivos políticos en los últimos días.
El sábado, la líder de las Damas de Blanco , Berta Soler, denunció que la sede de su grupo en La Habana se encuentra vigilada por agentes de la seguridad del Estado para impedir que salgan a la calle y afirmó que una situación similar está ocurriendo con sus compañeras en provincias como Matanzas y Ciego de Ávila.
“Mañana habrá que ver qué pasa, si nos dejan ir. Nuestro plan es acudir a la marcha como todos los domingos, pero estamos sentenciadas. Sabemos que vamos a ser detenidas antes de llegar para evitar que marchemos”, declaró Soler sobre la marcha dominical que realizan todas las semanas ante la Iglesia de Santa Rita.
Este sábado, en las calles de La Habana se dan los últimos toques para la visita, tras intensos días de obras y remodelaciones que han llevado a muchos a bromear con la frase “Obama, el mejor alcalde La Habana”.
Granma , el diario oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), anuncia el sábado la llegada de Obama así: “Llegará a Cuba el presidente de los Estados Unidos de América”.
En páginas interiores publicó una breve biografía del presidente donde dijo: “Su historia es una historia estadounidense, los valores del corazón de Estados Unidos, una educación en el seno de una familia de clase media, la dedicación al estudio y al trabajo para salir adelante, y la convicción de que una vida con tantas bendiciones debía vivirse para servir al prójimo”.