Moore, Oklahoma, EE. UU. AP. La búsqueda de supervivientes y de víctimas casi llegaba a su fin ayer entre los escombros que cubrían un suburbio de Oklahoma donde un gigantesco tornado destruyó viviendas , dijo el jefe de bomberos. Las autoridades redujeron la cifra de muertos de 51 a 24.
El jefe de bomberos, Gary Bird, afirmó que estaba un “98% seguro” de que no había más sobrevivientes ni cadáveres que recuperar debajo de los escombros en el pueblo de Moore.
Agregó que todas las viviendas destruidas fueron revisadas por lo menos una vez y que tenía la esperanza de que el trabajo se completara anoche, aunque las lluvias torrenciales podrían dificultar el esfuerzo.
Bird declaró que no se había hallado ni sobrevivientes, ni víctimas desde el lunes por la noche. Los trabajadores pintaban una equis en cada estructura para indicar que ya había sido chequeada.
Inicialmente las autoridades informaron de que el balance de muertos era mayor porque algunas de las víctimas al parecer fueron contadas dos veces en medio del caos reinante por la tormenta, dijo Amy Elliot, portavoz de la oficina del médico forense de Oklahoma.
Entre las víctimas hay nueve niños. Más de 200 personas fueron atendidas en hospitales locales.
“Reconstruiremos y recuperaremos nuestra fuerza”, aseveró la gobernadora Mary Fallin, quien hizo un recorrido aéreo por la zona y añadió que “es doloroso verla”.
El devastador tornado, que llevaba vientos de hasta 320 kilómetros por hora, redujo las viviendas a escombros en Moore, pueblo situado en la región central de Estados Unidos, conocido como el “callejón de los tornados”. Menos del 1% de los tornados ha llevado vientos de esa velocidad.
El Servicio Meteorológico Nacional dijo que el tornado tenía categoría EF5 en la escala Fujita revisada, el tipo más potente de tornado. Es el primer EF5 que se presenta en el 2013, dijo la vocera Keli Pirtle.
Ayuda federal. En Washington, el presidente Barack Obama prometió que el Gobierno brindaría ayuda para la reconstrucción.
“En un instante, los vecindarios quedaron destruidos, decenas de personas perdieron la vida, mucho más sufrieron lesiones”, declaró Obama. Entre las víctimas hubo niños que intentaban refugiarse en el lugar más seguro que conocían, su escuela”, destacó.
La localidad de Moore “urge recibir todo lo que necesite de inmediato”, agregó.
Obama hizo sus declaraciones al término de una reunión con su equipo de respuesta ante desastres, que incluye a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, e importantes funcionarios de la Casa Blanca.
Nuevos equipos de búsqueda y rescate entraron en acción el martes al amanecer para reemplazar a los 200 rescatistas que trabajaron toda la noche.
Otras cuadrillas centraban sus esfuerzos en la escuela primaria Plaza Towers, donde la tormenta arrancó el techo, derribó paredes y convirtió el patio de juegos en una masa de metales y plásticos retorcidos mientras maestras y alumnos se acurrucaban en los pasillos y los baños.
Siete de los nueve niños muertos perdieron la vida en la escuela, mientras que otros fueron rescatados con vida debajo de un muro derribado. Los socorristas fueron extrayendo a los sobrevivientes mediante una cadena humana de padres y voluntarios.
Las autoridades seguían tratando de dar razón de un puñado de niños no hallados en la escuela que pudieran haber sido recogidos temprano por sus padres.