“Uno de las principales promesas de mi campaña fue cambiar el código de los impuestos, demasiado sesgado hacia los ricos a expensas de los trabajadores americanos de clase media”, dijo el presidente demócrata en una alocución en la Casa Blanca poco antes de las 11:30 de la noche.
“Esta noche hemos cumplido la promesa gracias a los votos de los demócratas y de los republicanos en el Congreso”, añadió.
Apenas 20 minutos antes la Cámara de Representantes, con mayoría republicana, aprobó un proyecto de ley que aumenta los impuestos para las familias con ingresos superiores a 450.000 dólares al año, un día después del voto favorable del Senado dominado por los demócratas.
A pesar de su rechazo a cualquier tipo de aumento de impuestos, una parte de los republicanos aceptó votar a favor de la medida para evitar el llamado abismo fiscal, que habría provocado una subida generalizada de impuestos combinada con importantes recortes en el gasto público, en particular en el presupuesto de defensa.
Con 275 votos a favor y 167 en contra, la Cámara de Representantes puso así fin a dos semanas de enfrentamientos y negociaciones en Washington.
La resolución de la crisis del abismo fiscal llega a tiempo para evitar el pánico en los mercados, especialmente en Wall Street, que volverá a abrir hoy después de las vacaciones de Año Nuevo.
Una vez Barack Obama promulgue la nueva ley, el tipo impositivo para las familias con ingresos de más de 450.000 dólares al año pasará del 35% al 39,6%.
Pero todavía quedan cuestiones pendientes para la economía estadounidense, como las medidas de recorte del gasto público, aplazadas dos meses, y que provocaran probablemente un nuevo enfrentamiento entre la Casa Blanca y los republicanos.
Por el momento Obama ha conseguido, tan sólo dos meses después de su reelección a la cabeza de la primera potencia mundial, una victoria política con una ley que pone fin a las ventajas fiscales para los más ricos heredadas de la presidencia de su predecesor, el republicano George W. Bush.