Washington. EFE. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó ayer la localidad de Moore en Oklahoma, que fue arrasada el pasado lunes por un tornado de unos 4 kilómetros de diámetro que se cobró la vida de 24 personas.
El mandatario aseguró ayuda federal a los afectados “hasta el final de la reconstrucción”.
Obama recorrió parte de las zonas afectadas y alentó a los vecinos que han sufrido grandes pérdidas, aseguró en rueda de prensa que la ayuda del Gobierno para las víctimas estará disponible hasta que se haya completado la reconstrucción.
“Una imagen vale más que mil palabras”, dijo tras confirmar que más de 1.200 casas fueron destruidas y que alrededor de 12.000 hogares han sido afectados.
Obama ofreció una y otra vez los teléfonos y páginas web de los servicios de emergencia para que todos aquellos que lo necesiten sean asistidos y puedan volver cuanto antes a la normalidad, y pidió al resto de ciudadanos que colaboren en las labores de reconstrucción.
Según la Agencia Federal de Emergencias (FEMA), 4.200 personas han pedido asistencia tras el desastre, una ayuda valorada en unos $54 millones. Las autoridades locales han estimado las pérdidas provocadas por el tornado entre $1.500 y $2.000 millones.