La ley, que algunos republicanos se han comprometido a revertir, introduce nuevas medidas de protección para los consumidores, reduce el poder de los grandes bancos y ataca prácticas engañosas por parte de las empresas de tarjetas de crédito.
“Debido a esta ley, el pueblo estadounidense jamás volverá a pagar por los errores de Wall Street. No habrá más rescates con dinero de los contribuyentes”, prometió Obama al promulgar la ley.
“Fue una crisis nacida de la ausencia de responsabilidades, desde ciertos rincones de Wall Street hasta los salones de poder en Washington”, aseveró el Presidente.
“Estas reformas representan las más fuertes salvaguardias de la historia para el consumidor”, expresó Obama antes de promulgar el documento, aprobado por el Congreso la semana pasada.
La ley atravesó el Congreso con el apoyo de un puñado de votos republicanos, ya que los opositores no cejan en sus intentos por bloquear las reformas de Obama.
Líderes republicanos condenaron ayer la nueva ley, al afirmar que minará el crecimiento económico y atenazará la capacidad de acción de los gigantes financieros estadounidenses.
El presidente del Comité Nacional Republicano, Michael Steele, acusó a Obama de intentar convencer a los “estadounidenses escépticos de que hace todo lo que puede para bajar el desempleo”.
“El presidente Obama convirtió en ley un mastodonte de 2.300 páginas que cargará a la comunidad de negocios con consecuencias innumerables e inintencionadas, crédito restringido y decenas de reglas que matan el empleo”, dijo Steele.
La medida generó críticas y elogios de economistas y analistas. Algunos republicanos quieren revertirla, como el líder en la Cámara de Representantes, John Boehner.
“La ley debe ser rechazada” y reemplazada con “cosas de sentido común que podemos hacer para tapar los agujeros en el sistema regulatorio”, afirmó Boehner.
Obama, quien tiene récords de impopularidad en algunas encuestas y enfrenta elecciones legislativas de medio período en noviembre, espera que la reforma financiera se vuelva popular, pero buena parte, al igual que la reforma de la salud aprobada en marzo pasado, es tan complicada que demorará meses en ser efectiva.
Por ejemplo, la nueva Oficina de Protección Financiera del Consumidor, encargada de proteger al ciudadano de prácticas crediticias engañosas y tarifas ocultas cuando solicitan una hipoteca o una tarjeta de crédito, no entrará en acción hasta dentro de un año.
En un intento por destacar la ayuda que la reforma brindará a las clases medias, Obama promulgó la ley junto a varias personas que sufrieron un trato deshonesto por parte de bancos y empresas de tarjetas de crédito.