Gaza.
El recrudecimiento de la violencia provocó cuatro muertos más entre el sábado y el domingo en la Franja de Gaza, entre ellas una mujer embarazada y su hija en un bombardeo israelí, después que miles de palestinos expresaran su cólera creciente en varios funerales.
Tras la muerte de dos adolescentes gazatíes por disparos israelíes este sábado, una mujer embarazada y su hija de dos años murieron en la Ciudad de Gaza, cuando un bombardeo israelí en represalia por el lanzamiento de cohetes desde este enclave palestino destruyó su vivienda, según fuentes médicas.
Israel indicó que atacó "dos instalaciones de fabricación de armas del movimiento islamista palestino Hamas" en respuesta al lanzamiento de dos cohetes el sábado contra territorio israelí, así como a una serie de intentos de los gazatíes de irrumpir violentamente en Israel.
Uno de los proyectiles lanzados desde Gaza impactó en un área deshabitada del sur de Israel, mientras que el otro fue interceptado. Al menos nueve gazatíes murieron en enfrentamientos en la frontera con soldados israelíes.
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El bombardeo llega en un momento en el que la violencia entre israelíes y palestinos, iniciada en Jerusalén Este y en Cisjordania ocupadas hace unos diez días, parece estar fuera de control.
Una palestina resultó gravemente herida este domingo por la mañana en la explosión de una bomba dentro de su coche en un puesto de control policial cerca de la colonia de Maale Adumim, en la Cisjordania ocupada, anunció la Policía israelí, que afirmó que había impedido un atentado suicida.
En Jerusalén Oriental, policías israelíes abatieron la víspera a dos palestinos de 16 y 19 años, después de que hirieran levemente a cuchilladas, en dos agresiones diferentes, a dos judíos ultraortodoxos y a dos policías israelíes.
Tras haber buscado en los últimos días evitar la escalada, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abas, se acusaron mutuamente de ser responsables de la situación, en conversaciones telefónicas con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien les comunicó su "profunda preocupación".
Netanyahu dijo a Kerry que esperaba que la Autoridad Palestina cesara "su incitación feroz a base de mentiras que provocó la actual ola de 'terrorismo'". Abas por su parte reiteró la necesidad de que el gobierno israelí cese de "cubrir las provocaciones de los colonos, hechas bajo protección del ejército".
Desde el 1.° de octubre, cuando fueron asesinados dos colonos judíos en Cisjordania, esta violencia ha despertado el espectro de una tercera intifada, tras los levantamientos populares palestinos contra la ocupación israelí en 1987 y 2000.
Los expertos estiman que la violencia no alcanzó aún estos niveles, pero alertan del riesgo de que un grave incidente prenda la mecha de una nueva intifada.