Kabul (AP). Dos afganos mataron a tiros a un comandante de policía y seis de sus hombres en un puesto de control en un distrito remoto del sur del país, informaron las autoridades el martes.
El jefe de policía del convulsionado distrito de Kandahar precisó que los dos atacantes eran expolicías que se habían reincorporado a filas dos días antes. El general Abdul Razaq dijo que huyeron en un vehículo policial con las armas de sus camaradas muertos después del ataque en el remoto distrito de Arghistán el lunes por la noche.
Ahmad Jawed Faisal, vocero del gobernador de la provincia de Kandahar, dijo que los dos habían sido invitados por el comandante a comer con ellos en el puesto de control. Agregó que recogieron las armas después de la cena y dispararon contra sus víctimas.
Los insurgentes del Talibán advirtieron que se infiltrarían en las fuerzas de seguridad afganas para lanzar ataques, muchos de los cuales ocurrieron el año pasado, incluso de oficiales envenenados con alimentos.
Asimismo el martes, una bomba que estalló debajo de un puente mató a cinco personas en el convoy de un legislador en una carretera al norte de Kabul.
El legislador Obaidullah Ramin, de la provincia norteña de Baghlan, opinó que no fue el blanco intencional de la explosión. La policía confirmó su versión. Tres familiares de Ramin figuran entre los muertos.
Agregó que la carretera principal al norte de Kabul suele ser minada por los talibanes para atacar los convoyes que parezcan pertenecer a las autoridades.
Las bombas en los caminos son una de las armas predilectas del Talibán para atacar a las autoridades y a los militares nacionales y extranjeros.
Los insurgentes intensificaron sus ataques en las últimas semanas, en procura de debilitar el gobierno y las fuerzas de seguridad en momentos en que los soldados extranjeros se repliegan en preparativos para el retiro de la coalición internacional el año próximo.