Muere el cardenal Jaime Ortega a los 82 años, intercesor en el deshielo entre Cuba y Estados Unidos

Fue una pieza clave de aquel acercamiento en 2014

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La Habana. El cardenal cubano Jaime Ortega, pieza clave en el histórico pero efímero acercamiento entre Cuba y Estados Unidos en el 2014, falleció este viernes a los 82 años, informó el Arzobispado de La Habana.

"El cardenal Jaime ha fallecido y al comenzar a sentir su ausencia física reviven, junto al afecto agradecido, los recuerdos de su calidad personal y su infatigable celo pastoral", dijo en una carta el arzobispo Juan de la Caridad García Rodríguez.

El arzobispo García recordó del cardenal Ortega "su amable sonrisa, su inteligencia clarividente y el testimonio de un sacerdocio entregado y muchas veces sufrido".

La salud de Ortega, quien padecía "un cáncer en estado terminal", se resintió el 22 de junio, según informó entonces la Parroquia San Antonio María Clared, de Santiago de Cuba.

Al informar sobre la muerte de Ortega, Granma, el periódico del gobernante Partido Comunista, destacó que “su incansable trabajo pastoral y su amor a Cuba le llevaron a fortalecer decisivamente las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado”.

El diario anunció que el funeral de Ortega tendrá lugar en la Catedral de La Habana.

Por su parte, la Pastoral Juvenil Católica de Cuba evocó a Ortega en un mensaje que publicó en Facebook, acompañado con un video en el que el cardenal toca el piano junto a un grupo de escolares que canta.

"Gracias por tanto amor y esfuerzo. Oramos por usted que nos acompaña siempre en el corazón de quienes saben valorar todo lo que ha hecho por este pueblo", añadió.

Se esperaba un pronunciamiento del gobierno en las próximas horas de este viernes, día feriado en la isla.

Nacido el 18 de octubre de 1936 en Matanzas, e investido cardenal en 1994 por el papa Juan Pablo II, Ortega fue considerado un hombre de consensos y lideró la Iglesia católica en Cuba por 35 años.

Al cumplir 75 años en el 2011 presentó su renuncia como arzobispo de La Habana, tal como lo establecen la reglas del Vaticano. Pero su amigo, el papa Francisco, no aceptó su renuncia hasta un año después de visitar la isla en el 2015.

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Ortega ejerció como facilitador de las largas conversaciones secretas con Estados Unidos, que condujeron al histórico deshielo entre ambos países en el 2014, tras más de medio siglo de enemistad y enfrentamiento político.

"La vida del Cardenal Jaime Ortega ha sido la de un pastor solícito, que ha optado por el diálogo con los de todas las orillas, y ha intentado la difícil tarea de servir de puente", afirmó la Arquidiócesis de La Habana en un homenaje que publicó este viernes.

Ortega decía que, al igual que los muros y los puentes están hechos de los mismos materiales, salvo que el puente servía para unir riberas separadas en lugar de levantarse para separar realidades.

"La audacia lo llevó a cosas impensables en su momento", sostuvo la Arquidiócesis, como "mediar en el áspero diferendo Cuba-Estados Unidos para restablecer relaciones diplomáticas".

El acercamiento estuvo acompañado por el intercambio de presos políticos. Luego vino la visita a la isla de Barack Obama en el 2016, aunque en el 2017 las relaciones se enfriaron con la llegada de Donald Trump al poder.

Justo el día que la isla celebra 66 años del inicio de la revolución, el gobierno de Trump endureció este viernes su ofensiva contra Cuba y Venezuela al ampliar el listado de entidades cubanas que tienen prohibido hacer transacciones financieras con ciudadanos y empresas estadounidenses.

Bajo el mando de Ortega, la Iglesia Católica fue el único interlocutor del gobierno de Raúl Castro, mediadora en la liberación de presos políticos aunque también fue crítico.

En 2010 las conversaciones tuvieron como fruto la excarcelación de varios presos políticos, entre ellos 52 opositores del grupo de los 75 condenados en el 2003.

Para saludar las visitas papales del 2012 y del 2015, Raúl Castro indultó a unos 6.500 presos, casi 3.000 para Benedicto XVI y 3.522 para Francisco.